Sudán y el colonialismo

Segunda parte



A comienzos del siglo XIX, Egipto era territorio del imperio otomano, y los turcos avanzaban a lo largo del Nilo sobre poblados sin Estado, al sur del Sahara entre Senegal y Abisinia, existían poblados a los que mas tarde denominarían “beled as-sudan” (la tierra de los negros), limitada por el Sultanato de Darfur al oeste y de Sennar, al este. Entre 1820 y 1822, las provincias de Nubia, Sennar y Kordofan son invadidas y conquistadas por el virrey musulmán otomano de Egipto, que busca oro, tierras agrícolas, animales y esclavos, continuando con las incursiones militares hasta finales de 1860 y llegando a controlar todo el territorio del actual Sudán, estableciendo en Jartúm una burocracia autoritaria y abriendo nuevas rutas comerciales. Todo lo cual no pasa desapercibido por algunos países europeos. Sudán interesa a los británicos a causa de su importancia estratégica por las rutas comerciales hacia la India a través de recién abierto Canal de Suez, también para limitar la importante influencia francesa en África. 



La nueva invasión colonial: Gran Bretraña

Los reclamos europeos sobre los territorios africanos (el nuevo imperialismo) entre 1880 y el comienzo de la primera Guerra Mundial, involucró principalmente a Gran Bretaña, Francia y Alemania; también a Portugal, Bélgica, Italia y España, en lo que se ha denominado "el reparto de África" (que "continúa" hasta hoy).

Hacia finales del siglo XIX Gran Bretaña invade Egipto, que cae en su esfera de influencia, al igual que Sudán. El general británico Charles Gordon es nombrado gobernador de Sudán (por concesión del virrey de Egipto), finalmente aliado con su invasor, así como los mandatarios egipcios ocupantes de Sudán, cuyos intereses financieros corruptos poco tenían que ver con las necesidades de esos pueblos. 

La represión ejercida por las tropas inglesas y el descontento general de los sudaneses frente a los impuestos e imposiciones de prácticas religiosas ajenas: islamismo ortodoxo egipcio por una parte, y cristianismo a la británica por otro, propiciaron la emergencia del líder espiritual sufi Mohamed Ahmad, quien se proclamó salvador de su pueblo en 1881 e intentó unificar las tribus del oeste y centro del país, iniciando una revuelta nacionalista contra el dominio anglo-egipcio, que culminó con la caída de Jartum en 1885 y el ajusticiamiento del General Gordon, implantando una teocracia nacionalista que duró poco. 



El estado Mahdista de Sudán fue nuevamente invadido y derrotado por una fuerza anglo-egipcia en 1898, que se anticipó a los deseos e intentos colonialistas de Francia, Bélgica e Italia. El interés de todos se centraba en el Nilo, la apropiación de sus recursos y la apertura de rutas comerciales favorables a sus intereses. 

El colonialismo británico se impuso, al igual que su poder, para hacer y deshacer, económica y culturalmente, dando acceso a la la cultura “made in london” a ciertas castas privilegiadas, marginando y explotando a la mayoría y concediendo “graciosamente” libertad de culto para frenar los conflictos internos religiosos; por otra parte eran bienvenidos sus misioneros. 

 La división arbitraria de Sudán y el abandono del Sur

Los invasores coloniales dividieron de forma arbitraria a Sudán en dos colonias separadas, el norte y el sur. Tanto las tropas egipcias como las británicas impidieron todo contacto entre los sudaneses de norte y sur hasta mediados del siglo XX, salvo un intento de rebelión de una fracción de militares egipcios en 1924 que se unió a nacionalistas y grupos sudaneses, y que fue abortada por los británicos, lo que derivó en la prohibición por parte de Londres de la entrada en Sudán de militares egipcios con la firma de un acuerdo por ambas partes en 1936.

Sudán se convirtió en un protectorado anglo-egipcio, y Jartum, capital de la colonia anglo-egipcia en Sudán, favoreciendo los intereses de las provincias de la rivera del Nilo por intereses económicos y políticos, y dejando al resto de territorios del sur (Darfur, Kordofan etc.) marginado, sin presente ni futuro económico, abandonando a su población que fue pasto de enfermedades y calamidades.

 La unidad forzada Norte/Sur. Otra vuelta de tuerca

Hasta cerca de mediados del siglo XX el imperio británico administraba el norte y el sur de Sudán como regiones separadas, a partir de esa fecha fueron unidas en una sola región administrativa de forma arbitraria (al igual a como fueron separadas en la época anterior), una estrategia con vistas a no perder cierto control sobre sus intereses en Egipto, y que se realizó sin consultar a los habitantes del sur que temieron ser sometidos al poder político del norte. 

En 1951, hostil a la posible incorporación de representantes de la región cristiana y animista del sur en el Congreso, Egipto derogó el Tratado de condominio anglo-egipcio y se proclamó soberano del territorio de Sudán. Tras la Segunda guerra mundial, Sudán fue causa de enfrentamiento entre Gran Bretaña y Egipto. El derrocamiento del Rey Faruk en 1952, aliado de Londres, por parte del Grupo de Oficiales republicanos Libres liderado por el coronel socialista Gamal Abdel Nasser triunfó. Hasta entonces los movimientos nacionalistas y revolucionarios sudaneses de unidad política con Egipto habían sido siempre duramente reprimidos.

Nasser con Che Guevara


En febrero de 1953, Egipto y el Reino Unido firmaron un acuerdo para negociar la  autodeterminación de Sudán. El período de transición hacia la independencia comenzó con la inauguración del primer parlamento, en 1954,  Sudán consiguió la independencia el 1 de enero de 1956, dotándose de una constitución provisional.



Primer parlamento democrático

El nuevo parlamento sudanés de Jartum (1954-56), encabezado por el Primer Ministro del Partido Nacional Unionista Ismaíl al-Azhari pro-egípcio ganó las elecciones y proclamó, no obstante, la independencia de Sudán, una vez constatado que los sudaneses no querían formar parte de Egipto, al tiempo que pidió la retirada de todas las tropas extranjeras de Sudán. El problema de fondo era el proyecto egipcio de construcción de la presa de Asuán. Egipto "abandonó" sus pretensiones de soberanía sobre Sudán y apoyó su independencia, poniendo fin a mas de medio siglo de gobierno británico en Jartum (1956). No obstante, los conflictos en el sur de Sudán ya habían comenzado. 

Primera guerra civil

El primer conflicto civil entre norte y sur en 1955 se inició con un motín en Juba, capital de Sudán del sur, por parte de miembros del Cuerpo Ecuatorial de la Fuerza de Defensa de Sudán, administrada por británicos, la incipiente guerrilla Anyanya, y el Movimiento de Liberación de Sudán del Sur que demandaban mayor autonomía para la región. Los motines fueron reprimidos con dureza y los supervivientes huyeron de las poblaciones, comenzando una insurgencia en las áreas rurales. Mal armados y peor organizados, no fueron una amenaza para el poder colonial saliente, aun presente. En el sur, la guerrilla Anyanya se extendió hasta convertirse gradualmente en un movimiento secesionista formado por los amotinados de 1955 y estudiantes del sur.


En 1958, un golpe de estado liderado por el Jefe del Estado Mayor, teniente general Ibrahim Abbud, apoyado por una coalición conservadora tomó el poder, ilegalizando los partidos políticos y anulando la Constitución; las promesas hechas al sur de crear una administración federal autónoma fueron otra vez incumplidas

En el el norte, el descontento con el gobierno militar originó una ola de fuertes protestas populares en octubre de 1964, en las que participó activamente el entonces líder estudiantil, el islamista Hasan al-Turabi doctor en derecho y crítico con el poder colonial. Entre 1963 y 1969 la guerrilla Anyanya se extendió a las otras dos provincias sureñas de Alto Nilo y Bahr el-Ghazal. Sin embargo, el movimiento ya estaba viciado por las divisiones étnicas internas e ideológicas.
Las diversas administraciones de predominio islamista se mostraron incapaces, también por su intransigencia, de encauzar la variedad de problemas interétnicos, económicos y sociales que afligían al país en todos sus puntos cardinales. Un segundo golpe militar, el 25 de mayo de 1969, fue liderado por el coronel Yafar al-Numeiry

                                                                                   Numeiry

El acuerdo de Adís Abeba y el fin de la primera 
 guerra civil

Medio millón de personas murieron en los diecisiete años de guerra. El Acuerdo de Adís Abeba que puso fin a la 1ª guerra civil en 1972 se basó en una serie de compromisos que se se incorporaron a la Constitución de Sudán, como objetivo atender y apaciguar las preocupaciones de autonomía y el movimiento secesionista del sur. El Acuerdo de Adís Abeba otorgó cierto grado de autonomía al sur al que siguió una relativa paz, solo temporal y que no pudo disipar las tensiones que habían causado inicialmente la guerra civil.

Las mutaciones de Yafaar al-Numeiri
y el petróleo

En julio de 1976 cuando el presidente al-Numeiry volvía al país de un viaje al extranjero hubo un intento de golpe de estado iniciado por 1.000 militantes del Frente Islámico, actual Frente Nacional Islámico, un grupo político armado formado por estudiantes, el intento fracasó y la represión posterior fue brutal. Años mas tarde el mismo Numeiry se volvería, tras muchas y variadas presiones, en un islamista radical.

La segunda guerra civil tuvo como fondo el petróleo. Antecedentes breves

La región sur de Sudán desde el Nilo superior hasta la frontera con Chad es rica en petróleo, EEUU ya lo sabía en los inicios de la década de los 70 del pasado siglo XX, antes que el propio gobierno de Sudán. Cuando Numeiry rompió relaciones con los soviéticos, invitó a la petrolera estadounidense Chevrón (previa información USA) a buscar el codiciado oro negro. La petrolera invirtió 1.200 millones de dólares en su búsqueda, y lo encontró. 

Pero en 1978 comenzaron las disputas entre sur y norte de Sudán que reclamaban para sí los ingresos derivados de las explotaciones. Y fue el petróleo y su disputa uno de los determinantes de la segunda guerra civil de Sudán en 1983. Sudán del Sur controla los principales yacimientos petrolíferos de la zona. Sin embargo, Sudán posee la infraestructura necesaria para permitir la comercialización del crudo. Lo que menos importa a los asesinos de uno u otro bando, norte, sur, centro, o a los extranjeros que explotan el crudo, son la población civil, la mas masacrada en todos los puntos cardinales.

(Continuará)