El caso de Shell en Nigeria



Shell, la ladrona
Antecedentes

Un método usual para las multinacionales en los años 50, ha sido financiar golpes de estado y establecer dictaduras militares, en ocasiones con ayuda de gobiernos en general corruptos (véase Latino América), con el objetivo de saquear los recursos naturales del país en cuestión para su propio provecho. Cuando se descubrió petróleo en Nigeria en 1956, el país estaba todavía bajo dominio colonial británico, y el pueblo no tenía voz en la explotación petrolera. Con la llegada de la independencia en 1960 la situación no mejoró.

Nigeria (o su gobierno), obtiene alrededor del 80% de sus ingresos de la exportación del petróleo, mientras acumula una deuda externa que supera el 90 por ciento del PIB y 7 de cada 10 personas viven muy por debajo del umbral de la pobreza. Está considerada, junto con el Congo y Angola, como uno de los países más corruptos del mundo, y la inseguridad y la violencia siguen presentes, especialmente en el Delta del Níger, la mayor región petrolera en tierra firme, una zona de la que se extraen 500.000 barriles diarios, la cuarta parte de la producción petrolífera del país.

En el Delta del Níger, la Región Ogoni tiene una superficie de 650 kilómetros cuadrados, que resulta en una densidad de población alta con numerosos grupos tribales, incluyendo el mas numeroso de los Ogoni, que han vivido allí durante más de 500 años. La extraordinaria fertilidad del delta del Níger, que posee una de las mejores tierras agrícolas, ha permitido históricamente a los Ogoni a hacer una vida aceptable como agricultores de subsistencia y pescadores. La tierra y el agua son más que una fuente de alimento para los Ogoni, son el centro de su cultura y religión, que practica el animismo y el culto al río como un dios.


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Los Ogoni han vivido en la pobreza extrema durante los 30 años de perforación de Shell. De los 30.000 millones en petróleo que se extrajo de Ogoniland, el gobierno recibió una porción de las ganancias, sin embargo, nada de ese dinero llegó al pueblo de Ogoni y otras tribus. La población no tenía electricidad, ni sistema de alcantarillado, ni filtración de aguas, ni escuelas ni hospitales, y más de 100.000 personas debieron buscar refugio en el vecino país de Benin.

La invasión de Shell

Desde 1956-58, la Royal Dutch Shell ha extraído petróleo por valor de más de 30.000 millones de dólares de las tierras de los Ogoni, sin embargo, los pueblos expoliados no se han beneficiado apenas de dicha extracción, por el contrario, han sufrido y sufren los efectos de los vertidos de las tuberías averiadas, que la compañía se ha negado durante años a arreglar, mientras contaminaban sus ecosistemas y las tierras de cultivo. La lluvia ácida ha contaminado el aire y destruido las cosechas, resultado de derrames de petróleo y residuos industriales vertidos en el delta del río.

La pesca como medio de suministrar alimentos para las tribus dejó de ser una opción, contaminado el río. El agua subterránea también está contaminada, no sirve para beber, ni el agua de lluvia, ya que cae como lluvia ácida. El estilo de vida tradicional de los Ogoni, basado en la pesca de las aguas del río, el ñame y la yuca se hizo imposible. En un informe de Human Right Watch del año 2002, sobre la degradación medioambiental que supone la explotación petrolífera en el Delta del Niger, se informó de que la quema de gases provenientes de la producción de petróleo emitía 35 millones de toneladas de dióxido de carbono y 12 millones de toneladas de metano al día.



Residuos en el Delta del Níger


La multinacional Shell ejercía una fuerte censura y represión en Nigeria en favor de sus intereses con la ayuda del dictador Sani Abacha y su gobierno corrupto. La represión atroz ejercida contra su propio pueblo fue sostenida, animada y pagada por esta compañía petrolera, con resultado (según versiones muy tibias) de 8 muertos en 1989, 15 en 1990, un muerto y decenas de heridos en 1993, cientos de detenciones y disparos contra la multitud durante distintas manifestaciones en 1994. Así mismo se demostró, mediante registros verificados, que la Shell proporcionó armamento entre 1993 y 1995 al gobierno del dictador Abacha, y que justificó aduciendo la necesidad de defender sus instalaciones petroleras de ataques tribales. 

Shell tuvo que admitir en 2004, no obstante, algunas acusaciones probadas de sus actividades petroleras en Nigeria, ante pruebas verificadas de registros de varias solicitudes oficiales de la compañía a las fuerzas antidisturbios del régimen, para reprimir manifestaciones en contra de su actividad en la zona, y pese a que intentó manipular la información durante años y negar sus acciones.

Movimiento Ogoni


Ken Saro-Wiwa y el MOSOP

Ken Saro-Wiwa, escritor y profesor de universidad, comentarista de prensa y ecologista que recibió el Premio medioambiental Goldman y habia sido nominado para el Premio Nobel de la Paz, lideraba desde 1989 el Movimiento para la Supervivencia del Pueblo Ogoni (MOSOP) contra la compañía petrolífera Shell.



El MOSOP con Ken Saro-Wiwa a la cabeza, logró movilizar a más de 300.000 Ogoni, lanzado una campaña pacífica contra Shell en los noventa para reivindicar la limpieza de la contaminación producida en toda la región, y que fue reprimida brutalmente por el ejercito nigeriano, al servicio de la multinacional, y que ocasionó la muerte de miles de miembros de la etnia, con ataques militares a las aldeas, bombardeos, y los bienes de otros miles fueron expropiados. En 1994, Saro-Wiwa fue encarcelado. Amnistia Internacional lo declaró prisionero de conciencia.

El 10 de noviembre de 1995, el dictador nigeriano Sani Abacha, con la connivencia y ayuda de la petrolera Shell, ejecutó en ahorcamiento a nueve opositores del MOSOP, entre ellos Saro-Wiwa. La ejecución se llevó a cabo pese a la oleada de protestas internacionales y tras un juicio "farsa", según observadores independientes.

"Los nueve Ogoni"


Juicio a Shell: impunidad corporativa

El MOSOP tuvo éxito en expulsar, en parte, a Shell en 2004, pero sin alcanzar los objetivos de la Carta de Derechos y con acuerdos muy limitados para los afectados directos. La contaminación resultante obligó a muchos ogoni a dejar sus tierras ... y a emigrar, también en pateras. El caso Wiwa despertó interés internacional, ya que pudo haber sentado un precedente, al juzgar a Estados Unidos y otras potencias europeas de crímenes contra la humanidad cometidos en el extranjero. Pero todo quedó en un “pacto”.

Abogados estadounidenses reunieron material suficiente para acusar a Shell de violaciones a los derechos humanos en Nigeria. Entre los cargos figuran ejecuciones sumarias, crímenes contra la humanidad y tortura. Han sido necesarios mas de 10 años para que el primero de estos casos llegue a la Corte, posible gracias a una ley de 1789, que permite a ciudadanos no estadounidenses presentar cargos relacionados con violaciones internacionales de derechos humanos, sin importar el lugar donde se cometió el delito.

Manifestación de miembros de la comunidad Ogoni en Nueva York

Para evitar la confrontación de testimonios en una corte federal de Estados Unidos sobre la complicidad de su filial nigeriana en la ejecución de Ken Saro-Wiwa y otros ocho activistas de los derechos del pueblo Ogoni, Royal Dutch Shell deberá pagar 15,5 millones de dólares a los nueve demandantes, parientes de las víctimas, y al pueblo Ogoni.

El MEND

En el año 2006 surgió el Movimiento para la emancipación del Delta del Níger (MEND), cuya principal reivindicación es la distribución de las ganancias de las petroleras en zonas afectadas y la inversión del gobierno en el desarrollo del Delta. Como guerrilla armada, el MEND ha lanzado diversos ataques a las compañías petroleras instaladas en Nigeria. Según algunas fuentes, habría destruido cerca del 25% de la capacidad productiva de petroleo.

Los medios de comunicación masivos han cubierto la situación en el Delta con un enfoque parcial respecto del MEND, mostrándolo como un grupo de delincuentes que sólo quiere enriquecerse. Especialmente en Occidente, las noticias que se publican desde medios generalistas (salvo excepciones) apenas han ocupado unos pocos reportajes sensacionalistas y descontextualizados, a pesar de la actualidad y gravedad de la situación.


Shell sigue violando los derechos humanos en Nigeria

Amnistía Internacional exige al director de Shell, Peter Voser, que respete esos derechos en la región del Delta del Níger y comience a limpiar los más de 2.000 lugares contaminados por el petróleo. En su informe sobre Nigeria, AI denunció que las actividades de la empresa en el país africano destruyeron gran parte de los terrenos cultivables, fuente principal de subsistencia de la población local. 

"La gente tiene que utilizar agua contaminada para beber, cocinar y lavarse. Come pescado contaminado por los hidrocarburos y otras sustancias tóxicas", añadió la ONG. Cada año se producen fugas de petróleo y su quema contamina el aire, la población respira veneno. La gente se queja de problemas respiratorios, heridas... En relación a esto, AI tiene abierta la iniciativa Delta del Níger: Shell debe dejar de violar los derechos humanos.

Zona contaminada en Iwhrekan, 25 de febrero de 2008. © Kadir van Lohuizen


A por las otras "diosas"

En Estados Unidos se ha presentado una serie de casos contra los consorcios petroleros más grandes del mundo, por supuestos crímenes cometidos en países en desarrollo. Chevron podría verse obligado a pagar 27 mil millones de dólares por contaminar la jungla ecuatoriana. Exxon Mobil está acusado por aldeanos indonesios que sufrieron abusos por parte de soldados que trabajaban para el consorcio en la protección de una planta de gas natural. Y sigue...