Sáhara Occidental: La bicoca de Marruecos


Un muro en el Sahara Occidental


Un muro de arena divide un territorio que hoy debería ser, al menos autónomo. Más de dos mil kilómetros de arena y piedras parten en dos los territorios ocupados por Marruecos de los llamados territorios liberados. Mas de cien mil soldados marroquíes vigilan estas barreras minadas para evitar el paso de los saharauis a su territorio; un territorio que Marruecos ocupó en 1975: el Sahara Occidental.




Fue una de las últimas colonias españolas. En 1975, a punto de finalizar el proceso de descolonización, Marruecos llevó a cabo la llamada “Marcha Verde”, movilizando junto a su ejército a miles de personas que traspasaron la frontera internacionalmente reconocida del Sáhara Occidental por la fuerza, invadiendo y asentándose en el territorio.

Ese mismo año, España, Marruecos y Mauritania firmaron los “Acuerdos de Madrid”, en los que pactaron que las facultades y responsabilidades de España como potencia administradora del territorio del Sahara Occidental serían transferidas a una administración temporal tripartita. Sin embargo, y de hecho, la administración quedó en manos de Marruecos, entre la indiferencia internacional y la desidia española. Al poco tiempo, el Frente Polisario (movimiento político y militar que busca la auto-determinación del Sáhara Occidental) proclamó la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).

Y comenzó un conflicto armado, represión y muerte, que llevó a miles de saharauis a refugiarse en la frontera entre Argelia y los territorios del RASD, estableciéndose en campamentos situados en zonas áridas y rocosas. Alrededor de otros 45.000 quedaron atrapados en las zona invadidas por Marruecos, que con los años fue extendiendo su dominio. Muchos personas mayores y jóvenes no han conocido una vida fuera de los campos de refugiados o de la ocupación.



Los intereses del ocupante

Siendo una zona desértica de arena y rocas, el desierto del Sahara Occidental posee inmensas reservas de fosfatos de planta ubicada en los territorios ocupados en Bucraa. Marruecos controla aproximadamente dos tercios de las reservas mundiales de fosfato.

Los precios de estas sales, anteriormente mas devaluadas (se pagaba a a 50 dólares la tonelada), han aumentado su valor de un modo espectacular en la actualidad, pagándose por tonelada mas de 400 dólares. Se calcula que Marruecos ha obtenido ingresos superiores a 1.2 billones de dólares por la explotación de las minas de fosfato del Sahara Occidental. Pero esos millones poco han repercutido en el nivel de vida de sus habitantes. Entre mafias comerciales, parásitos oficiales y policías corruptos o ricachones con corona anda el juego. 33 años de ocupación dan para mucho, y mas de 100.000 miembros del ejército controlando los territorios también.


Las Naciones Unidas llevan buscando una solución desde la retirada de España en 1976 y la subsiguiente lucha entre Marruecos, que había "reintegrado" el Territorio, y el Frente Polisario, respaldado por Argelia. Por su parte, Mauritania dejó de reclamar el Sahara Occidental en 1979. En este mismo año, la Organización de la Unidad Africana (OUA) se incorporó a la búsqueda de una solución pacífica para el conflicto.

El Tribunal Internacional de la Haya reconoce el Sahara Occidental como la provincia española numero 53, y a España responsable de finalizar el proceso de descolonización con un referéndum de auto-determinación. Pero el gobierno español siempre se ha lavado las manos.


Documento histórico



La represión y el desprecio a los derechos humanos de la monarquía Alauí

Los niveles de vida en los territorios ocupados son mínimos. La alimentación, higiene, falta de agua potable y servicios de salud son algunos de los principales problemas, junto a la represión constante y humillación, falta de libertades, de reunión, prohibición de desplazamientos y falta de respeto a los derechos humanos más básicos de la población saharaui, son problemas constatados y documentados por diversas instancias internacionales: ONU, Unión Europea, diputados de diferentes partidos, diversas ONG... Que además solo han encontrado trabas y malos tratos (no digamos los periodistas, incluso del mismo país, ya que no existe libertad de prensa en Marruecos) en acceder a determinados lugares para informar sobre la verdad de lo que allí ocurre. Por ejemplo, esto ocurría hace 3 años.


Aminatou Haidar

Una de las caras más conocidas en el conflicto del Sáhara Occidental es la de la activista pro saharaui Aminatou Haidar, quien se encuentra estos días en el ojo del huracán.

Por defender sus ideales de forma pacífica, Aminatu ha sido perseguida y reprimida por los poderes públicos marroquíes toda su vida, llegando a estar encarcelada en dos ocasiones. La primera, en 1987, durante cuatro años en los que sufriría torturas y vejaciones. La segunda y mucho más reciente, en 2005: siete meses de condena después de un juicio denunciado por irregularidades por observadores de Amnistía Internacional, quienes la calificaron como presa de conciencia.


Aminatou Haidar

Aminatu se encuentra en huelga de hambre desde el pasado 16 de noviembre en el aeropuerto de Lanzarote para exigir la vuelta a su tierra, El Aaiún, con su familia. Expulsada por Marruecos y "acogida" por España, su situación ha estado envuelta en numerosos desajustes informativos, según el canal que se utilice para informarse. Afortunadamente y gracias a Internet, podemos hacernos un mapa mucho más exacto de la situación que viendo los tristes informativos generalistas.

Es por ello que una lectura indispensable para entender la forma en que se han desarrollado los acontecimientos es la misma denuncia que presentó Aminatou Haidar a las autoridades de Tenerife, publicada en SaharaLibre.es:

Denuncia Aminatou (Documento PDF)
Este documento, junto a las informaciones dadas por la prensa internacional son suficientes para dar forma a una imagen mucho más libre de claroscuros. Aminatu lleva ya casi un mes en huelga de hambre y su estado de salud es tan delicado que ya se ha hablado de que podría morir en poco tiempo si no se hace algo.


Navi Pillay, alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, defendió el derecho de Haidar a regresar a su país, y exigió a Marruecos que autorice su entrada en Sáhara Occidental. Para añadir después: “España es la responsable de obligar a Marruecos a cumplir la legalidad internacional que le obliga”, subraya, “a dotar de documentos de viaje a todos los habitantes del Sáhara Occidental, porque está bajo su administración de facto”.

Pero el tiempo pasa, España hace poco, quijotesca por un lado y de rodillas casi ante Marruecos por otro. Y Marruecos, responsable primera de lo sucedido no hace nada, aun con pose orgullosa.

Aminatu viva

Una sola mujer como Aminatu ha puesto en jaque a instancias europeas y sacado del armario privado las prendas sucias y olvidadas, aun pendientes, de la teórica administración española (que le concede la ONU) sobre su provincia nº 53, y merece vivir. 

Frente a las autoritarias declaraciones de oficiales marroquíes, que ignoran la legislación internacional de derechos humanos y han incumplido hasta el momento todas las resoluciones de la ONU para un referéndum libre en el Sáhara, Haidar seguirá adelante, por ella, por sus hijos y familia, para seguir denunciando por el mundo lo que la "aspirante teórica" a democracia alauí es: una dictadura monárquica y semi feudal que se las da de democrática; quizá en algunos aspectos lo sea, en el sentido de mayor concienciación que en otros lugares más tenebrosos, o comparada con...