Cuando venga abril abriremos las ventanas
los balcones de luz y de la espera.
Ahora hace frío, es invierno
su cuerpo todavía es fuerte
los años pasaron lentamente
de trabajo y sudor
en el sueño del pasado vivido
República vida y muerte.
Todo me dio de su vida
justo reparto de su existencia
extendió desde sí mismo
nunca estuve sola en el calor de su abrigo
del anhelo en una esquina.
Pero llegó febrero con el sol de invierno
otra vez el frío y el azar
la ignorancia del desgaste
y el amor intacto.
Un caballo veloz y claro de belleza
cabalga y vuela libre como el rayo
sobre un azote de viento desmedido
arrasando todo en la distancia
desde el horizonte profundo asoma.
Salta su amazona montañas de piedra
atraviesa espacios infinitos
nadie puede detenerla
es un ser dorado rodeando el círculo.
Desde su ángulo inalcanzable
detuvo su carrera y me miró
una minúscula porción de tierra por cubrir
me mostró.
El dolor llegó la señal fue clara
y no acabó febrero galopante
en la media luna se llevó su vida
incógnita de la muerte victoriosa.
Cuando venga abril, Mari
abriremos las ventanas de la suerte
volveré a caminar sin tanto lastre
solo una vez mas le pido al tiempo.
Cuando venga abril
mi amor sobre una tumba.