Indignación por el premio a la Comisión de Turismo de Botsuana
El Consejo Mundial de Viajes y Turismo concedió el pasado 26 de mayo el premio “Turismo para el mañana” a la Comisión de Turismo de Botsuana, en la categoría Negocio turístico internacional. Dicha categoría reconoce las “mejores prácticas de turismo sostenible”. La concesión de este galardón a esa multinacional se produjo pese a las denuncias de Survival International, por el trato que el Gobierno da a los bosquimanos del Kalahari.
Un negocio turístico que arruina a los pueblos indígenas y los gobiernos corruptos que lo consienten.
Un negocio turístico que arruina a los pueblos indígenas y los gobiernos corruptos que lo consienten.
Denuncia de Survival Internacional
En 2009 Wilderness Safaris construyó un alojamiento para turistas en la tierra ancestral de los bosquimanos de la Reserva de Caza del Kalahari Central en Botsuana, sin consultar a los bosquimanos ni obtener su consentimiento.
El hotel cuenta con bar y piscina para turistas, está situado en el territorio ancestral de los bosquimanos, a quienes el Gobierno de Botsuana priva de agua.
En 2006 los bosquimanos ganaron un histórico juicio que reconocía su derecho a vivir en sus tierras ancestrales. No obstante, y desde dicha sentencia, el Gobierno corrupto de Botsuana ha prohibido a los bosquimanos el acceso a un pozo del que dependen para obtener agua, forzándolos a hacer viajes de hasta 485 km de ida y vuelta para traer agua. El alto representante de la ONU para los pueblos indígenas determinó que los bosquimanos “se enfrentan a duras y peligrosas condiciones debido a la falta de acceso al agua” y condenó al Gobierno por no cumplir “las pertinentes normas internacionales sobre derechos humanos”. Condenas que son papel mojado, porque los grandes intereses (de unos pocos) mandan.
Tanto el abogado del presidente de Botsuana, Parks Tafa, como su sobrino, Marcus ter Haar, son parte de la junta directiva de Wilderness Safaris. Ter Haar abandonó recientemente su puesto de gerente de negocios del grupo Debswana, la empresa de diamantes de Botsuana.
El hotel cuenta con bar y piscina para turistas, está situado en el territorio ancestral de los bosquimanos, a quienes el Gobierno de Botsuana priva de agua.
En 2006 los bosquimanos ganaron un histórico juicio que reconocía su derecho a vivir en sus tierras ancestrales. No obstante, y desde dicha sentencia, el Gobierno corrupto de Botsuana ha prohibido a los bosquimanos el acceso a un pozo del que dependen para obtener agua, forzándolos a hacer viajes de hasta 485 km de ida y vuelta para traer agua. El alto representante de la ONU para los pueblos indígenas determinó que los bosquimanos “se enfrentan a duras y peligrosas condiciones debido a la falta de acceso al agua” y condenó al Gobierno por no cumplir “las pertinentes normas internacionales sobre derechos humanos”. Condenas que son papel mojado, porque los grandes intereses (de unos pocos) mandan.
Tanto el abogado del presidente de Botsuana, Parks Tafa, como su sobrino, Marcus ter Haar, son parte de la junta directiva de Wilderness Safaris. Ter Haar abandonó recientemente su puesto de gerente de negocios del grupo Debswana, la empresa de diamantes de Botsuana.