Mayores Indefensos. Datos vergonzosos




El maltrato, de diferente signo e intensidad, hacia ancianos y personas mayores dependientes, crece de forma alarmante en las sociedades actuales. Se da en la propia familia, en los cuidadores y cuidadoras, en las instituciones oficiales, en los hospitales, en las residencias... incluso en las llamadas de “lujo”. Es un problema difícil de detectar individual y socialmente, todavía marginal. Muchos casos de maltrato físico y psíquico, abandono y explotación (también económica), en los diferentes ámbitos donde conviven los ancianos, se ha “explicado” o justificado en los medios como casos aislados, casos que solo salen a la luz cuando hay muertes o hechos muy graves para estas personas, son muchos los casos y pocas denuncias. 

Los malos tratos son poco perceptibles a primera vista; sea en familia, instituciones privadas, asilos o residencias. Sin embargo, el multimaltrato (no solo físico), hacia las personas dependientes es mucho mas común y general de lo que nos gustaría admitir aquí y ahora.


Existen desde hace años numerosas investigaciones y estudios de especialistas (psiquiatras, psicólogos, gerontólogos, sociólogos, trabajadores sociales etc), realizados desde distintas disciplinas y perspectivas; seguimientos y evaluaciones objetivas sobre el comportamiento familiar o social hacia esos seres que ya no son productivos y estorban. Lacra que, en cierta medida, se podría considerar ya una lacra social, eso si, bastante escondida. Los numerosos datos y conclusiones a que han llegado los y las especialistas en este campo son estremecedores, vistos desde un enfoque de respeto a los derechos mas básicos del ser humano. No existen todavía estadísticas, el trabajo es arduo, y es resbaloso, se necesitan muchos mas recursos humanos que no existen, mucho mas control. 

El código contra el maltrato sí existe (en el papel), la información rigurosa, los foros, la implicación oficial y privada, los congresos. Falta la toma de conciencia real individual, colectiva e institucional. Falta legislar, poner freno legal y límites precisos al abuso, desprecio e indiferencia de que son objeto tantas personas en su último paseo por esta vida.

  Algunos Datos


Según los expertos, el perfil más generalizado (no único), de la persona mayor víctima de malos tratos en España es el de una mujer de 75 años o mas con alto grado de dependencia o déficit cognitivo; igualmente se constata que el maltrato hacia los ancianos crece de año en año. Desde 1997 a 2000, los delitos crecieron un 71,28%, y las faltas, un 4,88%, pero siguen siendo datos “desconocidos” para el “gran público”, algo parecido a lo que quizá pudiera ser hace 30 años la violencia de género, solo reflejan una pequeña parte de la realidad observable, ya que muchas de las personas mayores maltratadas (dado hay muchas formas de maltrato, incluso las que no parecen tales en un vistazo superficial o interesado), no se atreven a denunciar a sus propios hijos, a sus “enfermeras”, médicos y demás personal responsables de su seguridad. 

Están solos-solas, son débiles, manipulables, están enfermos y tienen miedo. En el 90% de los casos, las personas mayores víctimas de malos tratos no presentan denuncia, los motivos son varios, el mas generalizado es la dependencia emocional o económica con sus maltratadores.

Iniciativas


Algunas instituciones como la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología han constituido grupos de trabajo dedicados al estudio de la incidencia y prevalencia de los malos tratos en las personas mayores, también el Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia, entre otras entidades.


InfoElder puso en marcha en 2008 la campaña "Ponte En Su Piel" contra el maltrato a los mayores, con un decálogo de mínimos que pusiera de acuerdo a empresas, profesionales y familiares de ancianos como base desde la que combatir los distintos tipos de maltrato.

Decálogo contra el maltrato a los mayores
1. Dignidad. tratar con respeto.
2. Inclusión social. Evitar aislamiento y soledad.
3. Atención inmediata ante lesiones, abusos, reclusiones y negligencias
4. Personalizar su entorno. Adecuar el espacio para garantizar la independencia de la persona.
5. Responder al deseo de satisfacer sus necesidades de higiene
6. Calidad de la comida, adecuada a sus gustos y necesidades.
7. Respetar su intimidad.
8. Favorecer el mantenimiento o recuperación del máximo grado de autonomía.
9. Ayudas técnicas para facilitar la movilización, la higiene y el vestirse.
10. Implicar a las familias en el cuidado y tomar decisiones compartidas.


Daphne II es una investigación auspiciada por la Comisión Europea acerca de la situación del maltrato económico y financiero a las personas mayores. Desde el 2004 hasta el 2008, entidades de países como Bélgica, Italia, Francia o Catalunya en nuestro país, han contribuido al conocimiento y profundización de las causas del maltrato en ancianos en sus contextos sociales, con datos y diagnósticos que han conducido así mismo a su visibilidad, una traba importante es la escasa normativa legal que existe sobre este colectivo.

Un Fiscal dio la alarma en Valladolid

No es que sea el único o la única, suponemos y esperamos, pero Jorge Sena Argüelles, fiscal delegado para la protección de las personas mayores, informó en un curso para fiscales sobre el asunto que acoge el Instituto de Estudios Europeos, que cinco mil personas mayores sufrían algún tipo de malos tratos cada año en Valladolid, provincia en la que los mayores de 65 años representan el 18,19% de la población, sin que hubieran habido apenas denuncias, al igual que comunicó que sólo se investigaron el 1% de los casos, apenas medio centenar en esta provincia.. 

La explicación habría que buscarla en el “síndrome de Estocolmo” que sufren muchas de las víctimas con sus agresores, similar al que padecen las mujeres maltratadas, y en las dificultades para probar una agresión: “La ausencia de una legislación específica, por un lado, y la falta de especialización en esta materia de los propios fiscales y cuerpos policiales no facilita las cosas”, según Serna, así que él mismo reclamó desde esa tribuna la aprobación de una “legislación integral de las personas mayores en términos similares a la existente sobre la violencia hacia las mujeres”.

Muerte Social

“Los ancianos institucionalizados son una población poco valorada. El ingreso del anciano en una residencia de la que ya no saldrá ha sido conceptualizado como muerte social. La sociedad reacciona ante el maltrato de mujeres o niños, pero los ancianos vejados, en especial en residencias, son invisibles, y el problema sólo sale a la luz y golpea las conciencias cuando aparecen en prensa o televisión noticias que causan espanto sobre ciertas residencias “de los horrores”. El maltrato ha existido siempre, y se ha ejercido y ejerce sobre las personas más vulnerables e indefensas.



Cuestionando las residencias

Se estima que en España entre el 2 y el 5% de los ancianos son víctimas de abusos y malos tratos domésticos y/o residenciales. Estas cifras refieren una definición de malos tratos muy amplia, y no concretan el alcance del problema en el medio residencial, que es mucho mas grave. 

La realidad llega a ser vergonzante, por afectar a personas que ingresan en una institución para que unos supuestos profesionales se hagan cargo de cubrir las necesidades, que por diversas razones no pueden resolverse de manera autónoma en su propio domicilio. En las residencias conviven personas sin vínculos entre ellas, como autómatas y en serie, una forma de hacer que posibilita unos cuidados que de manera individual no serían factibles ni generarían beneficios. 

El residente pierde parte de su autonomía, privacidad e identidad, mientras que los gestores se centran en lograr un equilibrio entre las necesidades que deben cubrir y sus propios intereses con el menor coste posible, lo que incluye poco personal, mal pagado, incluso explotado y poco especializado, lo que dificulta los cuidados individualizados. La homogeneización somete al residente al control de sus gestores y cuidadores mediante normas rígidas (que solo se pueden saltar ellos-as, los que controlan), y pocas o ninguna actividad motivadora o terapéutica, un trabajo rutinario que frena un acercamiento mas humano.



Los ancianos precisan de otro tipo de estímulos y mayor empatía, no solo que se cubran sus necesidades mas básicas (comida, limpieza, medicación), pero en muchas ocasiones, ni siquiera esas necesidades básicas están cubiertas. Los familiares que van a visitar a sus parientes durante un rato, cuando van, no pueden apreciar si existen fallos en cuanto al trato recibido por el personal encargado de la seguridad de sus parientes, a veces son mal informados cuando hacen preguntas o perciben alguna negligencia, médica o de otro tipo, pero otras tantas veces dan por sentado que todo está bien, tienen demasiadas preocupaciones fuera para añadir una más. 

No obstante, también han ido aumentando las denuncias de familiares a residencias privadas o ilegales, al apreciar diversos signos de maltrato en sus parientes, a veces demasiado tarde para poder salvar sus vidas.

Tipos de maltrato en residencias

Los distintos maltratos en residencias se basan en la indefensión, despersonalización, el negocio rentable, el mínimo esfuerzo, el menor número de personal, y todo lo que "permite" la falta de una legislación adecuada.

Los ancianos no deciden por sí mismos en términos generales. Su ingreso en una residencia está condicionado por circunstancias en las que, en muchos casos, son sus parientes quienes deciden por ellos o ellas; quizás por fuerza mayor o diversos condicionantes (enfermedades, trabajo...). No son informados, no recurren a un juez para que nombre un tutor que vele por los intereses de la persona anciana, que en teoría podría hacerse; sobre todo en casos de ciertas enfermedades relacionadas con la pérdida de facultades mentales. 

No existe un control institucional-jurisdiccional que pueda protegerlos de ciertas ambiciones. De ello se aprovechan en ocasiones, tanto los propios hijos o familiares directos, como los gestores de las residencias (caso de no existir familiares directos principalmente).



La conciencia del corazón se apaga, cegada por otras luces sociales artificiales, igualmente impuestas. Elegir el camino del corazón ¿ es el camino más difícil ? ...