La dictadura Indonesia apoyada por EEUU reprime a indígenas Papúes




Un año después de la denuncia por parte de Survival de un vídeo sobre las torturas llevadas a cabo por la policía indonesia en la persona de un viejo indígena papúe a quien quemaron los genitales entre otras aberraciones, la represión contra el pueblo indígena de Papúa occidental continúa.
 
Indonesia invadió su territorio en 1963. Se estima que desde entonces han sido asesinados mas de 100.000 papues. Las violaciones de los derechos mas básicos, robo de tierras, aldeas arrasadas y detenciones arbitrarias son algo común por parte de la dictadura indonesia, que protege a las grandes compañías estadounidenses o británicas que allí operan.

Los Papues se movilizan

Con la celebración del Tercer Congreso Nacional papúe en la localidad de Abepura, el pasado miércoles, soldados y policías armados rodearon el lugar, representantes de tribus de toda Papúa Occidental se habían reunido parar elegir a sus nuevos líderes y debatir el futuro político de su región. Mas de 300 personas entre las que se encontraban mujeres y niños iniciaron una manifestación pacífica reivindicando el derecho a sus tierras, cuando la policía indonesia comenzó a disparar y dispersar a golpes a los congregados con gases lacrimógenos arrestando a muchos de ellos. Mas de 7 muertos y muchos heridos.

La dictadura Indonesia se vende al mejor postor

Los líderes recién elegidos en la reunión siguen bajo custodia policial. Se han presentado cargos de traición contra cinco de ellos, acusaciones que conllevan sentencias de hasta 20 años para muchos papúes. El reverendo Benny Giay es otro objetivo de las fuerzas de élite indonesias, que reciben apoyo de Estados Unidos, de quienes ha recibido numerosas amenazas de muerte por haber sacado a la luz las violaciones de derechos humanos en la región.



Funcionarios del Gobierno hablaron de “exterminar a los papúes”. Ahora, la aparición de una epidemia del virus del SIDA, con tasas de infección 15 veces superiores a la media nacional hace sospechar a muchos.