La historia de Mira y la feminización de la pobreza



De las 1.700 millones personas en el mundo que viven en situación de pobreza o extrema pobreza, más del 70% son mujeres y niñas; representan dos tercios de las personas analfabetas, y por su condición de género tienen limitado el acceso a la educación, a la salud y a otras necesidades sociales básicas. Este fenómeno está ampliamente documentado tanto para los países del Sur como para los industrializados. El concepto feminización de la pobreza alude a este hecho como un proceso no solo coyuntural, y la tendencia es a aumentar. El sesgo de género y los roles sociales en el mundo son una de las principales causas de discriminación, por la posición subordinada a los hombres en el sistema de relaciones institucionales. 

Los efectos negativos de la internacionalización de la economía y desregulación de mercados, con la apropiación de los recursos naturales y riquezas de terceros países por parte de transnacionales, tantas veces en connivencia con poderes corruptos, repercuten de manera desproporcionada sobre los países mas pobres. La vinculación de las economías a los mercados mundiales da también lugar a una reducción de los gastos públicos y programas sociales, también en países desarrollados, trasladando el costo a las familias, donde suelen ser, sobre todo mujeres, quienes llevan sobre sus hombros la carga adicional. Socavan los derechos básicos de los y las mas pobres, al facilitar la redistribución de los recursos asimétricamente. 





 La historia de Mira

Donde no hay doctor. Una guía a la salud para mujeres

Cuando Mira era pequeña soñaba con vivir en una casa grande, con luz eléctrica y un piso de loza. Su marido sería guapo y amable, y ella podría hacer lo que quisiera. Pero la familia de Mira era pobre, y ella era la menor de 4 hijas. A veces, cuando su papá se emborrachaba, golpeaba a la mamá de Mira y se quejaba de la mala suerte de haber tenido tantas hijas. 

Cuando Mira cumplió 14 años, y ya podía casarse, lloró cuando se enteró de que sus sueños nunca se realizarían. Ya todo estaba arreglado: su padre había escogido al hombre con quien ella se casaría. Él tenía algo de tierra, y el padre de Mira pensó que el casamiento beneficiaría a su familia. Mira no pudo decir nada. 

Cuando Mira tuvo a su segundo hijo—un varón—su marido dejó de insistir en tener relaciones sexuales tan seguido. Alrededor de esa misma temporada, Mira empezó a oír rumores de que su marido estaba saliendo con otras mujeres. A Mira no le importó mucho, porque aunque él no la lastimaba, tenía verrugas en el pene que a ella le daban asco. Durante los siguientes 20 años, Mira tuvo otros 6 hijos, incluyendo a una niñita que murió a los 3 años y a un varoncito que murió al nacer. 

Un día, Mira estaba usando la letrina, cuando se dio cuenta de que le estaba saliendo un desecho sangriento de la vagina, aunque no le tocaba tener la regla. Nunca se había hecho un examen médico, pero ahora le preguntó a su marido si podía ir a ver a un trabajador de salud. Su marido le contestó que él no confiaba en los doctores, y que no podía gastar dinero cada vez que a ella le preocupaba algo. Mira tenía 40 años cuando empezó a padecer de dolor constante en la parte baja del vientre. El dolor la preocupaba, pero no tenía a quién decírselo. 

Unos cuantos meses después, Mira decidió que tenía que ignorar los deseos de su marido y conseguir ayuda médica. Temía por su vida y pidió dinero prestado a una amiga. En el centro médico, el trabajador de salud no examinó a Mira; simplemente le dio una medicina para el desecho vaginal. Mira regresó a su casa esa noche, agotada y molesta por haber desafiado a su marido y gastar los ahorros de su amiga. 

A medida que las semanas pasaban, la salud de Mira empeoraba, y ella se desanimó al darse cuenta de que algo seguía mal. Mira se debilitó tanto que su marido pensó que de veras estaba muy enferma. Ellos consiguieron que alguien los llevara a un hospital en una ciudad grande muy lejana, y tras varios días de espera, un médico examinó a Mira. Él le dijo que tenía cáncer cervical avanzado. El médico le explicó que podía sacarle la matriz, pero que el cáncer ya se había extendido. El único tratamiento que podría salvarle la vida sólo se conseguía en otra área del país y era muy caro. El médico le preguntó por qué no se hizo la prueba de Pap regularmente?. Si hubiéramos encontrado el problema antes, nos hubiéramos podido encargar de él Pero era demasiado tarde. Mira se fue a casa y, en menos de dos meses, falleció. 

¿Por qué murió Mira? 

He aquí algunas respuestas comunes a esta pregunta:  
Una doctora podría decir... Mira murió de cáncer cervical avanzado porque no recibió tratamiento a tiempo. 
O una maestra... Mira murió porque no sabía que necesitaba hacerse la prueba de Pap. 
O un trabajador o trabajadora de salud... Mira murió porque su marido la expuso a las verrugas genitales y otras enfermedades sexuales, y éstas aumentaron mucho su riesgo de padecer cáncer cervical 

Todas esas respuestas son correctas, sin embargo denotan una comprensión muy limitada del problema. Cada una de ellas culpa a una persona y no pasa de ahí. 

Mira corría un mayor riesgo de morir de cáncer cervical porque ella era una mujer pobre viviendo en un país pobre. La pobreza y la condición desigual de la mujer causaron la muerte de Mira. Mira y su familia eran pobres, por eso ella se vio forzada a casarse y a empezar a tener relaciones sexuales desde muy joven. Ya como mujer, ella no tenía poder en la relación con su marido. Ella no podía controlar cuántos hijos tener, ni cuándo tenerlos. Tampoco podía hacer nada en cuanto a las relaciones de su marido con otras mujeres. 

Debido a la pobreza de su familia, padeció de desnutrición toda su vida, lo cual la debilitó y aumentó su riesgo de enfermarse. Aunque en la comunidad de Mira no había servicios de salud, el "centro médico" más cercano sí ofrecía algunos servicios para las mujeres, como métodos de planificación familiar e información sobre la prevención del SIDA. Pero los trabajadores de salud no tenían la información ni el entrenamiento para atender otros problemas médicos de la mujer, incluso problemas graves como el cáncer cervical. No sabían cómo hacer un examen pélvico (revisar la vagina, el cérvix y otras partes del aparato reproductor), ni cómo hacer la prueba de Pap. Aunque Mira hubiera acudido allí antes, el promotor de salud no hubiera podido ayudarle. 

Mira tuvo que viajar una gran distancia y gastar mucho dinero para ver a un doctor que pudiera decirle lo que tenía. Para entonces, ya era demasiado tarde. Finalmente, Mira vivía en un país pobre, donde no había suficiente dinero para los servicios médicos. Al igual que los gobiernos de muchos países pobres, el gobierno de Mira decidió concentrarse en proporcionar otros servicios médicos importantes, pero no servicios para la mujer. El poco dinero que el gobierno sí gastó en los servicios para la mujer terminó en los hospitales caros de unas cuantas ciudades grandes, y no en los programas comunitarios dedicados a atender a mujeres como Mira. Como resultado, los servicios para encontrar y tratar a tiempo el cáncer cervical—y muchos otros problemas médicos de la mujer—no estaban disponibles. La pobreza y la condición desigual de la mujer obraron en contra de Mira, tanto al nivel de su familia, como de su comunidad y de su país, para crear los problemas médicos que le causaron la muerte. 




Donde no hay doctor: Es una guía a la salud, un libro-manual muy completo que abarca muchos tipos de patologías. Traducido a más de 80 idiomas, es utilizado en todo el mundo, y está principalmente dirigido a las comunidades pobres del planeta. El libro da información vital y accesible sobre cómo reconocer y curar los problemas médicos y enfermedades comunes, con énfasis especial en la prevención, contextualizando y explicando de un modo sencillo posibles alternativas en las diferentes circunstancias sociales adversas a que se enfrentan los pobres del mundo (que son millones), en distintos países. Editado por la Fundación Hesperian, una organización sin ánimo de lucro que produce materiales educativos con el fin de habilitar a comunidades pobres e individuos para hacerse cargo de su propia salud, junto con el Círculo Estadounidense del Movimiento Mundial de Salud de los Pueblos . Se puede descargar