Creyeron

Creyeron que era su tierra 
su naturaleza virgen por haber nacido 
en las plumas solitarias de los ríos 
valles inmensos y lagos encantados 
árboles del tiempo eterno 
desde siglos por ellos respetados 
y su alma
libre y amiga de las montañas. 

El extraño invasor de su mundo 
legado de Occidente 
llegó arrasando el aire 
incendiando el amor las hojas verdes 
con trajes militares. 

Ofreció el otro Dios manipulado 
desconocido y absorto 
su ley de hierro y servidumbre 
estupor y asombro. 

Millones muertos 
escondidos, en rebelión o huidos 
negados, perseguidos 
arrebatadas sus tierras, animales, ríos 

Humildad y lucha solitaria exhiben 
desesperación tras muchas lunas apartados 
resisten hoy bajo muros tristes 
cientos de almas solitarias 
en su renta de sangre transportados. 

Y dejada en su camino angosto 
la señal de fuego del pasado