Mutilación Genital Femenina y Dominación Masculina



Cómo considerar la mutilación genital femenina en el siglo XXI: ¿como una costumbre social y/o cultural, asumida "positivamente" o por la fuerza por las mas de 3 millones de niñas, muchas bebés, y alrededor de 140 millones de mujeres que cada año la padecen? ¿O como la fijación de una “norma no escrita", impuesta por la dominación masculina desde siglos "a", alentada y extendida por jerarcas y gobernantes integristas que se autojustifican con la religión y postulan defender la virginidad o decencia de sus sacrificadas mujeres?. Las "razones" que la sustentan se relacionan con mitos, prejuicios o creencias, infundidas de un componente social e identitario muy fuerte que exterioriza y justifica la discriminación de género y la violencia contra las mujeres. Los motivos y circunstancias (por qué, cómo, cuándo y dónde) de esta práctica y sus nefastas consecuencias para la salud física y síquica de millones de ellas, hacen de la mutilación genital femenina algo inaceptable y condenable desde la perspectiva de los derechos humanos mas elementales de todo ser humano. 

La Historia Incierta

 No se sabe con seguridad cuando y cómo comenzó esta práctica. Se supone que se originó en Egipto, hace alrededor de 4000 años (lo que se verificó al ser halladas varias momias en Egipto con este tipo de operaciones). Presumiblemente, a partir de allí se extendería ese ritual por las sociedades tribales del continente africano a través de las rutas comerciales, desde Egipto hacia el centro y oeste de África hasta Indonesia. Su origen se sitúa antes de la aparición de las religiones monoteístas y su práctica es anterior al islam, al cristianismo y al judaísmo. Se tienen referencias de poblaciones árabes preislámicas que ya practicaban la clitoridectomía, por lo que una mujer con el clítoris intacto era llamada bazrâ`, una palabra despectiva. La mujer encargada de practicar el corte se llamaba mubazzira. 

Definiciones 

La ablación de clítoris o mutilación genital femenina es la eliminación de tejido de cualquier parte de los genitales femeninos por razones denominadas culturales, religiosas o cualquiera otra sin justificación médica. La ablación sexual o mutilación de parte de los genitales externos femeninos, es una operación efectuada para evitar que la mujer pueda sentir placer, un objetivo es que llegue virgen al matrimonio, de otro modo podría ser rechazada o marginada por su comunidad. Otro de los objetivos es que la mujer no pueda ser infiel y asegurarse de que solo tendrá hijos con el marido. 



 Prejuicios Ancestrales y Machismo a Ultranza 

Muchos hombres creen (o quieren creer) llevar a cabo estos rituales por el bien de sus hijas, para ellos la ablación es sinónimo de purificación. La mujer que no ha pasado por ese ritual es considerada sucia, se la margina y prohíbe la manipulación de alimentos y agua. En muchas comunidades de Egipto, Sudán o Somalia, el honor de la familia depende de la virginidad de la niña, de ahí la importancia de su control sexual antes del matrimonio (Rahman, Toubia, 2000: 4-5). En otras comunidades de Uganda o Kenya donde se practica la poligamia, se pretende con esta "operación" limitar las demandas sexuales de la mujer hacia su marido, para que éste pueda satisfacer a todas sus esposas.

Tipos de Ablación y Mutilación Genital Femenina 

Tipo I: escisión circular del prepucio clitoridiano con o sin extirpación parcial o total del clítoris. Se suele denominar circuncisión "sunna". La palabra “sunna” proviene del musulmán y significa tradición o deber. 
Tipo II: extirpación parcial o total del clítoris con extirpación parcial o total de los labios menores. Se denomina clitoridectomía. 
Tipo III: extirpación del clítoris, de los labios menores y de los labios mayores, y cosido o estrechamiento, de los costados de la vagina, dejando sólo un orificio diminuto para el paso de la orina y la sangre menstrual. Se denomina infibulación, y es la forma más radical de A/MGF. No es la más frecuente (alrededor de un 20% de los casos conocidos). Se practica sobre todo en Sudán y Somalia, y en menor medida en Egipto, Eritrea, Etiopia, Gambia y Kenia. Las mujeres sometidas a infibulación necesitarán cuando vayan a parir una "desinfibulación", y después del parto otra nueva "reinfibulación". O una "desinfibulación" el día de la boda para permitir la relación sexual, un acto que en algunas comunidades lleva a cabo el marido con un cuchillo. Posteriormente, la mujer vuelve a ser "reinfibulada". 
Tipo IV: Otras prácticas incluyen la punción o incisión del clítoris y los labios, estiramiento del clítoris y/o de los labios, la cauterización del clítoris y tejido circundante, el raspado del tejido que rodea el orificio vaginal (cortes del "angurya"), o corte de la vagina (cortes del "gishiri"), o introducción de substancias o hierbas corrosivas en la vagina para provocar sangrado o estrechar el conducto vaginal. 

Los instrumentos utilizados son navajas, cuchillos o dagas, incluso cristales u otros objetos cortantes.  Para cerrar las heridas (todo ello sin anestesia), se utilizan espinas como agujas e hilo de coser de pelo de caballo. Los cuchillos se limpian con telas y agua, y las heridas son tratadas con huevo, aceite, ceniza o papel mojado de cigarro para promover la cicatrización. 



 
Localización

Se localiza, principalmente, en el continente africano y África subsahariana en 28 países (Benin, Burkina Faso, Camerún, República Centroafricana, Chad, República Democrática del Congo, Costa de Marfil, Egipto, Etiopía, Eritrea, Gambia, Ghana, Guinea, Guinea Bissau, Kenia, Liberia, Malí, Mauritania, Níger, Nigeria, Senegal, Sierra Leona, Somalia, Sudán, Tanzania, Togo, Uganda y Yibuti). También en Oriente Medio, Omán, Emiratos Árabes y Yemen. En Mauritania las cifras fluctúan; la práctica está documentada en las tribus fulbe y soninke, que viven en el extremo sur del país, pero no parece practicarse entre los saharauis de Argelia o la población mayoritaria de Mauritania. Existen dudas y datos poco fiables sobre el porcentaje de mujeres expuestas en Arabia Saudita. En el resto del Magreb (Libia y Marruecos) no se practica.




Los datos respecto de la comunidad islámica en distintos países, apunta a los escasos esfuerzos por prevenir sobre los perjuicios para la salud de la ablación femenina o condenar sin ambajes su práctica. Así, la A/MGF es practicada indistintamente por musulmanes, árabes o islámistas, cristianos coptos y animistas. En 2004, la ONG alemana WADI dio a conocer la existencia de este rito en el Kurdistán iraquí, y elevaba su cifra hasta un 60%. La noticia sorprendió a la prensa de Iraq, ya que se tenía el rito por inexistente en el país. No obstante, solo se pueden confirmar referencias entre las ancianas. Algunos estudios locales en estas zonas y las campañas para su prevención podrían alertar de que la práctica no sería mayoritaria, se efectuaría en secreto o estaría desapareciendo. 

Hasta un 20 % de mujeres podrían estar sometidas a la A/MGF en India, Indonesia, Malasia, Pakistán y Sri Lanka; según un estudio de Amnistía Internacional; también se conocen casos en América latina (Brasil, Colombia, México y Perú), y en Australia. Igualmente se practica en comunidades no musulmanas, entre los cristianos coptos de Egipto, Etiopía y Sudán, o en la comunidad judía falasha de Etiopía (Adam Muñoz, 2003: 25; Kaplan Marcusán, 2001. 

Igualmente se realiza en países "industrializados" y de acogida de inmigrantes que proceden de países donde la A/MGF es una práctica tradicional. En Europa (Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Italia, Suecia, Reino Unido España, Finlandia, Francia, Grecia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Portugal o Suiza), y fuera de Europa (Canadá, Estados-Unidos, Australia y Nueva Zelanda). Debido a la inmigración hacia estos países se ha continuado con esta costumbre. 


Prohibición Fraudulenta 

La ablación está "prohibida" por ley en muchos de los países en los que se practica, pero son leyes sobre papel mojado que, en general, no se aplican. Y se considera delito degradante, denunciable y castigado en muchos países receptores de inmigrantes. No obstante la condena internacional contra estas prácticas y en defensa de los derechos humanos más básicos, estos rituales se van modificando, o disminuyen en algunos casos y países. Según datos de la ONU en los últimos años alrededor de 8.000 comunidades de todo el mundo, incluyendo a 15 países africanos, han abandonado esa práctica.


Valorar Una Costumbre "Ancestral" 

Dice el refrán que "las costumbres son leyes". Y la ablación es una costumbre, relacionada con el paso de la niña a la pubertad, plagada de prejuicios interesados, irracionales y excluyentes que dicta la dominación masculina. ¿Y cómo valorar una costumbre?. La costumbre obliga a alguien (ser humano, mujer en este caso), a aceptar, consentir y mantener, aún en el siglo XXI, prácticas muy dolorosas y peligrosas sin ninguna justificación médica, y que son nido de enfermedades posteriores e infecciones que ocasionan en muchos casos la muerte.  

¿Qué justificación puede aludirse para seguir manteniendo esta bárbara práctica?. Solo una y muy clara, la dominación del hombre y la cierta esclavitud asumida y a veces justificada de las propias víctimas; aunque dichas “operaciones” sean realizadas por mujeres mayores, respetadas e incluso temidas. Éstas, a su vez, ya las sufrieron siendo niñas y las han aceptado, internalizado y extendido. Pero su rebelión también existe. O los intentos de ayuda (compleja) desde el exterior por cooperantes y profesionales.


El derecho de cada ser humano, pueblo o etnia a ser diferente, asumir una identidad cultural distinta o escoger valores distintos, es del todo lícito; pero ¿hasta dónde?. ¿Con qué tipo de justificación o necesidad se mutila a un ser vivo?. ¿Biológica, adaptativa, por el bien de la comunidad?. ¿El bien de quién y con qué fin?. La respuesta es clara. Quien tenga oidos que oiga. 



Desde un punto de vista histórico, se sabe que la clitoridectomía se practicaba en Europa en el siglo XVIII y XIX. Numerosos médicos recurían a ese método para curar los casos de histeria y epilepsia. Estos semi-bárbaros europeos licenciados en machismo, pensaba que el origen de las enfermedades nerviosas era la masturbación, e incluso la ninfomanía, también trataban algunos problemas ginecológicos. La clitoridectomía de carácter médico, científicamente mas que cuestionable, existió oficialmente en Europa hasta finales del siglo XIX.


Connotaciones Religiosas 

Ni en el Antíguo ni en el Nuevo Testamento existen referencias a la A/MGF, tampoco en el Islam; con excepción de cierta rama teológica que apoyaría esta práctica, procedente de unos ahadith que recomiendan la circuncisión sunna como algo bueno tanto para la mujer como para el marido. Úna referencia a la ablación en la tradición teológica islámica es un "hadiz", cuya frase ha sido atribuida al profeta Mahoma, y que aconsejaría a una curandera “cortar sólo un poco”; por lo que hay quienes interpretan esta frase como a favor de la ablación. Una mayoría de teólogos, no obstante, consideran ese hadiz poco fiable como para derivar de él una norma religiosa.

Los alfaquíes de los países o zonas en los que la ablación es un rito obligatorio, suelen justificarlo afirmando que se trata de una obligación religiosa. Algunos alfaquíes de El Cairo no defienden la ablación como obligatoria, pero tampoco la condenan. Hasta el año 1995 del S.XX, sus máximos teólogos criticaron los intentos del Parlamento egipcio por prohibir el rito. Esa ambigüedad ha favorecido su continuidad. En noviembre de 2006, una conferencia de teólogos islámicos en Egipto estableció, bajo la batuta del nuevo jeque de Al Azhar, que la práctica no podía considerarse recomendada por el islam, tras la muerte de una niña de 12 años en 2007. En Egipto está oficialmente prohibida desde 1997, pero se sigue practicando en mas del 90% de niñas y mujeres egipcias, algo parecido ocurre con La Iglesia Copta cristiana, rechazo oficial y práctica entre su población. 

Que la ablación sea un problema serio y una práctica a erradicar, no significa que no se cuestionen otros rituales problemáticos que también deberían ser erradicados.




Los Por-Qués de otros Prejuicios 

El pensamiento, sobre todo occidental, rechaza con razón tales prácticas. Sin embargo, no profundiza en los por-qués o los obvia, especialmente si existen intereses económicos o militares de por medio (que siempre los hay sin importar tanto las ideologías, los términos democráticos o las actitudes propias occidentales consideradas civilizadas, pero que esconden otro tipo de prejuicios, respecto a "lo diferente", como ciertos modos de vida comunal en distintas etnias, o costumbres relacionadas con el sexo, el género y la distribución de roles en sociedades no industriales, tribus o pueblos muy alejados. 

Los antropólogos actuales están mas cerca de estas problemáticas y de la vida de esos pueblos que estudian, sin significar por ello que justifiquen según que prácticas. En este sentido, el relativismo cultural sería una estrategia mas de investigación científica antropológica, basada en que cada cultura para ser comprendida debe serlo en su contexto y en conjunto. Según muchos relativistas la cultura de cada pueblo es única y solo puede ser comprendida desde sus propios términos. Sin embargo, no debieran estar reñidos los relativismos culturales con otro tipo de relativismo ético, ya que se supone que una puñalada trapera dolerá igual a una persona nacida en una etnia africana que a un occidental. ¿O no?.

                                                                     
                                                             Antropológica-mente