El suicidio en los pueblos indígenas de América Latina y Canadá



                                                Brasil-el-grito-de-resistencia de  los guarani-kaiowa

Es un "fenómeno" poco conocido y complejo, a veces targiversado y/o confuso, o "ignorado" a propósito. No es tema que se prodigue en los mass media o preocupe, en la práctica, a los gobiernos de los países donde se produce. El alto número de suicidios de población, sobre todo joven, que se registra en muchas etnias indígenas de América Latina (en comparación estadística a los-as nacionales del país), es un drama que va en aumento. Los mayores índices de suicidios se registran entre los 15 y 24 años de edad. 

Teorías Sesgadas

Según expertos y estudiosos del tema y antropólogos (principalmente occidentales), algunos pueblos indígenas presentan una conducta suicida de manera continuada, llegando a interiorizarla individual y colectivamente como una posibilidad asumida frente a las distintas dificultades con que se enfrentan. Algunos enfoques de expertos que han intervenido con indígenas en proyectos diseñados por especialistas occidentales, interpretan de modo reduccionista señales claras, que en combinación con otras muchas variables (como dirían los especialistas en cualquier disciplina), pudieran dar pautas o algún viso de solución.

La responsabilidad del Estado y de las Instituciones en materia educativa no discriminatoria o de salud, por ejemplo, es marginal. No interesa, aunque de boca se afirme lo contrario. Los ¿por-qués?, turbios porqués, también desde altas y respetadas (que no creíbles) instituciones, que denuncian y teorizan sobre la cuestión indígena en general, pero que esconden, por otro lado, posibles soluciones, !muchas tan claras!, y que apuntarían al hipócrita corazón de tantos elementos, dentro de esas mismas instituciones que juegan con Dios y con el Diablo.

Un amplio estudio de Naciones Unidas sobre la “Situación mundial de los pueblos indígenas” del año 2009, centra el suicidio de jóvenes indígenas en un contexto de discriminación, marginación, colonización traumática y perdida de las tradicionales formas de vida. 

            La Tribu Guarani-kaiowá de Mato Groso do Sul anuncia el suicidio colectivo de   170 personas


Algunos escritos antropológicos occidentales muestran que los intentos de suicidio son recurrentes en los pueblos Awajún, Guaraní y Embera. 

La Motivación Profunda 

Los pueblos indígenas son los que mejor entienden los efectos negativos de la separación por la fuerza de su mundo. Su identidad se ha construido durante generaciones sobre la base de una relación simbiótica con su entorno inmediato. La expulsión y robo de sus tierras, su persecución y asesinatos son  cambios extremos. Ello pondría un tanto en cuestión conclusiones, quizá reduccionistas, de las otras motivaciones para el suicidio que  contemplan ciertos estudios, sin negar por ello que no puedan darse casos como los expuestos por los estudiosos en el presente o en el pasado.

“Muchos niños están sufriendo”, dijo Dilma Modesto, una agente de salud guaraní de Brasil. “Quiero que los niños estén como estaban antes, cuando todo estaba bien”. 

Antes” es cuando los guaraníes cazaban y sobrevivían libres en sus tierras, plantaban yuca y maíz en sus huertos. Antes de que sus bosques fueran invadidos para convertirlos en  extensiones de ranchos de ganado, campos de soja transgénica y plantaciones de caña de azúcar. Antes tenían control sobre sus vidas, mucho antes de que los niños guaraníes empezaran a suicidarse, una tasa 19 veces mayor que la tasa nacional de Brasil. El 85% de los suicidas son jóvenes menores de 30 años, el más joven tenía 9 años. Ahora son perseguidos y acampan bajo lonas harapientas junto a carreteras polvorientas y beben agua contaminada.

Pueblos Indígenas Amazónicos de Perú

El deterioro de las condiciones de vida de los pueblos indígenas amazónicos de Perú en los últimos treinta años ha ido en aumento, derivado de la colonización por la fuerza de sus tierras, con la oferta masiva de los distintos gobiernos a los inversores, versus especuladores, foráneos o no, de tierras destinadas a monocultivos industriales. La desprotección jurídica de los territorios indígenas se debilitó aún mas a partir de la Constitución de 1993, que facilitó la puesta en el mercado de tierras y recursos amazónicos, sin consulta previa a las organizaciones indígenas, según establece la Constitución Política de Perú y el Convenio No 169 de la OIT. 

Las concesiones petroleras cubren más de 50 millones de hectáreas, un 72% de la Amazonía; las concesiones mineras y madereras superan los 2 y 15 millones de hectáreas y las tierras deforestadas mas de 10 millones de H. Actividades tanto de grandes transnacionales como de mafias económicas locales sin escrúpulos; que envenenan ríos y tierras de cultivos, desertizan la tierra, corrompen a funcionarios y contratan matones para disparar y perseguir a sus propietarios naturales, que jamás le hubieran hecho semejantes canalladas a la madre tierra. Las concesiones hidroeléctricas y grandes proyectos viales han afectado de un modo brutal a los territorios indígenas y campesinos. Las pequeñas y saludables economías tradicionales de otrora apenas existen.  



                                                                             Awajún en Perú
     
Tras los sucesos de Bagua, en 2009, que nunca llegaron a aclararse del todo, el corrupto gobierno de entonces constituyó el Grupo Nacional de Coordinación para el Desarrollo de los Pueblos Amazónicos, cuyas conclusiones no llegaron nunca al terreno de los hechos (ni con el actual presidente Humala rodeado de cuervos), lo mismo pasa con los reportes de la Defensoría del Pueblo respecto a necesidades básicas de los pueblos amazónicos de Perú.     


El Pueblo Awajún

El pueblo Awajún, cuenta con una población censada de 55.328 en 281 comunidades. Se identifica étnicamente con los jibaros, shuar o wampis, achuar y shiwiar (llamados jíbaro- shuar en antropología), y los kandoshi y chapra jíbaro-candoa. De todos estos pueblos, los awajún son los que mas han luchado y enfrentado a los colonizadores de sus tierras. Empresarios y funcionarios del Estado han intentado presionar a las comunidades Awajún para que acepten las actividades mineras o petroleras en sus tierras, incitando a la división entre sus miembros, lo que ha generado malestar y violencia, sobre todo en la Cuenca del Cenepa, muy castigada ya, y otros lugares de asentamiento Awajún.



                                                                             Cuenca del Cenepa

Suicidios de Adolescentes awajún

El rol y prestigio o respeto hacia las mujeres Awajún ha sido reconocido por la antropología, en una economía que ha garantizado durante siglos la subsistencia de las familias, y que se ha depreciado enormemente, al igual que el estatus de la mujer. Los suicidios de adolescentes y jóvenes mujeres son en esta etnia mayoría en relación a los hombres. La infra educación, el racismo, la confusión de valores a veces y el inexistente apoyo en temas de salud o transporte como la falta de alternativas, se unen a problemas de género o seguidismo, lo que no ayuda a frenar tantas muertes inútiles.

Los Emberá del Chocó

 Los Emberá habitan una región boscosa que se extiende a lo largo del Pacífico, desde el sur de Panamá, a lo largo de Colombia y hasta Ecuador, es hogar de 30 pueblos indígenas y una de las áreas más biodiversas del mundo. Allí viven los Embera, en armonía con la naturaleza. Según las organizaciones indígenas de Colombia, el 65% de las concesiones mineras vigentes en Colombia se encuentran en tierras ancestrales de comunidades indígenas y afrodescendientes.


 


En enero de 2009 el gobierno colombiano concesionó esa área a la compañía multinacional norteamericana Muriel Mining Corporation MMC, que comenzó los trabajos de exploración sin ningún estudio de impacto ambiental y escoltados por un batallón del Ejercito Nacional para “garantizar” el trabajo y en contra de la voluntad de la mayoría de pobladores. Los múltiples impactos ambientales y personales sobre esas comunidades fueron enormes. Los indígenas de la zona denunciaron la actitud de mala fe de la multinacional en sus territorios, utilizando engaños para comprar a  líderes indígenas con comida, licor y dinero y crear división entre etnias. 
                                                                                          

                                                                              Territorio Innu. Canadá



En Canadá, las tasas de suicidio de los innus son muy altas. Hace 50 años, los innus eran nómadas. Migraban estacionalmente a través de los densos bosques de sauces y abetos de Nitassinan, sus hogares subárticos, su tierra de bosques laberínticos y ríos desde hacía 7.500 años. En las décadas de los 50 y 60, el Gobierno canadiense y la Iglesia Católica presionaron a los innus para que se asentaran en comunidades sedentarias, los intimidaron hasta convertirlos en facsímiles de vidas europeas que no entendían ni querían. Confusión cultural y desesperación existencial. Los niños y jóvenes esnifaban gasolina, mientras que muchos adultos privados de movimiento y libertad se convirtieron en alcohólicos. 

En 1999 Survival International publicó un estudio sobre las comunidades innu de Labrador, donde evalúa el impacto de las decisiones del Gobierno canadiense de trasladar a los innu lejos de su tierras ancestrales e impedir que practiquen su forma de vida tradicional. Survival denunció esta política impuesta como una violación de derecho internacional. Según este estudio, de 1990 a 1997, la comunidad innu de Davis Inlet tuvo una tasa de suicidio doce veces más alta que la media canadiense y tres veces más alta que la tasa habitual en pueblos aislados del norte, además de numerosas enfermedades.

Y no solo las actividades, en este caso petroleras, contaminan tierras y ríos; también mares. Los efectos "colaterales" las sufren los miles de delfines envenenados.




El caso de los innus y de los guaraníes no es aislado. Durante siglos, la salud mental de muchos pueblos indígenas ha sido aniquilada por invasores que no ven (o no quieren ver, ya que el pensamiento racista y la negación cultural son útiles herramientas coloniales allí donde se pueden conseguir tierras y recursos de los que obtener beneficios) Stephen Corry, director de Survival, sostiene que muchos pueblos indígenas han tomado decisiones distintas a las de las sociedades industrializadas, y que “prefieren ser móviles en vez de sedentarios.