Los bosques nublados del norte de Ecuador es uno de los ecosistemas más biodiversos del mundo, rico en recursos minerales, sobre todo cobre y oro. Empresas mineras quieren extraerlo desde hace ya 20 años, hasta ahora no lo han conseguido por la oposición de la población. Con ese propósito, se fundó la organización ecologista DECOIN, que ya en dos ocasiones frenó las intenciones extractivas de gobiernos pretéritos y transnacionales mineras, como la japonesa Mitsubishi en 1997 y la canadiense Copper Mesa/Ascendant Copper en 2009.
La presencia frecuente de neblina es una de las característica más sobresaliente de estos ecosistemas tropicales y subtropicales. Se les llama bosques nubosos, nublados, de niebla o nubiselvas. En Argentina y Bolivia se los denomina “selva de montaña de las yungas”. Las selvas de montaña nubladas concentran una variedad de microclimas, comunidades naturales y especies de plantas y animales únicos. Estos bosques ofrecen servicios ambientales irreemplazables debido a su diversidad de ecosistemas y gran variedad de flora y fauna, como proveedores de agua dulce y fuente de recursos naturales.
En América Latina ocupan una superficie de 23 millones de hectáreas, que cada año se van perdiendo, debido a la presión constante que sufren por la tala legal e ilegal para convertir las tierras en campos de cultivo, de pastoreo o explotaciones industriales, lo que se suma a la pérdida de humedad derivada del cambio climático global.
Correa. Una de cal, otra de arena
El actual presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha creado la empresa estatal minera ENAMI, que junto a la empresa estatal chilena CODELCO (la mayor productora de cobre del mundo), explotarán el proyecto Llurimagua, nombre oficial dado a la concesión en la cordillera de Toisán. Las campañas publicitarias oficiales se adornan de terminología democrática, tipo "minería social y ambientalmente responsable".
La idea es confundir a la opinión pública y dividirla; en este caso el tan admirado demócrata Correa, en otros aspectos divulgativos cara a Occidente, no se corta un pelo en otro tipo de campañas de desprestigio hacia grupos ecologistas o indígenas comprometidos en la conservación de sus bosques y modo de vida, al criminalizar las protestas. No se diferencia (en ocasiones), de su menor demócrata presidente chileno en cuanto a intereses se refiere, la diferencia, sin embargo, es clara respecto de otros aspectos humanos y democráticos que ni huele el chileno.
Por otra parte, la cosa se lía mas con la cuestión de las extracciones ilegales, o informales, fronterizas con Perú en la Cordillera del Cóndor.
La idea es confundir a la opinión pública y dividirla; en este caso el tan admirado demócrata Correa, en otros aspectos divulgativos cara a Occidente, no se corta un pelo en otro tipo de campañas de desprestigio hacia grupos ecologistas o indígenas comprometidos en la conservación de sus bosques y modo de vida, al criminalizar las protestas. No se diferencia (en ocasiones), de su menor demócrata presidente chileno en cuanto a intereses se refiere, la diferencia, sin embargo, es clara respecto de otros aspectos humanos y democráticos que ni huele el chileno.
Por otra parte, la cosa se lía mas con la cuestión de las extracciones ilegales, o informales, fronterizas con Perú en la Cordillera del Cóndor.
Como es bien sabido y demostrado, la minería industrial es una economía de enclave, que como un ciclón, viene, llega, ocupa, se lleva todo lo que puede, destruye y se va.