En ocasiones resulta relajante y bueno para el cuerpo dejar la dialéctica, cualquier dialéctica, y aparcar, tanto los egos sabedores del Dios absoluto indefinido e indefinible: “diseño inteligente”, como el discurso cientista mas ortodoxo, en cierto modo burlón y a veces prepotente, al menos en sus formas, del “yo se mas que tú bufón ignorante porque sigo el método científico”, que se exhibe en algún foro, en otros las terminologías explicativas y su interpretación no son tan claras como pretenden (unos y otros). En medio de esta antidialéctica un tanto baldía pero entretenida, hay otras humanidades, en contextos diversos, complejos y específicos, aislados o no, que investigan, buscan conocimiento o cuestionan. Y a veces intentan olvidar.
En muchos casos, los y las cientistas tienen razones empíricas suficientes, casi siempre, para las afirmaciones categóricas que dan a los y las que dudan o cuestionan; aunque en según qué casos no se trataría tanto de una crítica simplista al método científico en sí, sino a su praxis, tan antiética en algunas de sus diferentes disciplinas, principalmente las relacionadas con las ciencias exactas (biología, física, fisiología etc.) o menos exactas pero que siguen los principios del método, por ejemplo, la técnica de la vivisección en medicina. Una “ciencia” que sirve a las grandes multinacionales farmacéuticas o de cosmética desmenuzando animales vivos y sintientes, o manipulando sus genes en experimentaciones absurdas.
Antecesores de esta técnica han sido algunos sádicos frankesteines en su afán investigador, como el nazi Menguele y otros. Algunos resultados de entre tantos experimentos sangrientos quizá hayan beneficiado al ser humano, el precio ha sido la vida de millones de animales de toda clase y especie, y también de cobayas humanos. El premio Nobel y famoso fisiólogo ruso Pavlov, experimentó en vivo con animales, sobre todo perros; estudiado en ciencias sociales (psicología) y otras materias, es alabado por ser descubridor de una “Ley” sobre la función de las glándulas digestivas mediante manipulación y experimentación en laboratorio con perros. Su hija pequeña veía entrar a numerosos animales pero nunca salir, ella preguntaba. La respuesta la tuvo muchos años después por boca de su madre moribunda, la cual se había casado a la edad de 19 años con Pavlov de setenta y siete. A partir de entonces la vida de la hija de Pavlov cambió del todo. ¿Trauma, culpa?.
Durante la 2ª guerra mundial se copió la técnica de Pavlov. Actualmente se sigue experimentando con primates y y otros muchos animales, incluso marinos, mamíferos grandes y pequeños, utilizados para probar nuevas armas por parte de los ejércitos, probar drogas o ser manipulados genéticamente o por otros medios. No obstante existen alternativas a la experimentación "in vivo" y científicos que se oponen. Al margen de esta polémica legítima, tanto primates como otros animales salvajes supuestamente protegidos son fuente de recursos para cazadores y traficantes, incluso se destinan al consumo humano, Francia es un ejemplo.
Complejidades y Aberraciones
En muchos casos, los y las cientistas tienen razones empíricas suficientes, casi siempre, para las afirmaciones categóricas que dan a los y las que dudan o cuestionan; aunque en según qué casos no se trataría tanto de una crítica simplista al método científico en sí, sino a su praxis, tan antiética en algunas de sus diferentes disciplinas, principalmente las relacionadas con las ciencias exactas (biología, física, fisiología etc.) o menos exactas pero que siguen los principios del método, por ejemplo, la técnica de la vivisección en medicina. Una “ciencia” que sirve a las grandes multinacionales farmacéuticas o de cosmética desmenuzando animales vivos y sintientes, o manipulando sus genes en experimentaciones absurdas.
Antecesores de esta técnica han sido algunos sádicos frankesteines en su afán investigador, como el nazi Menguele y otros. Algunos resultados de entre tantos experimentos sangrientos quizá hayan beneficiado al ser humano, el precio ha sido la vida de millones de animales de toda clase y especie, y también de cobayas humanos. El premio Nobel y famoso fisiólogo ruso Pavlov, experimentó en vivo con animales, sobre todo perros; estudiado en ciencias sociales (psicología) y otras materias, es alabado por ser descubridor de una “Ley” sobre la función de las glándulas digestivas mediante manipulación y experimentación en laboratorio con perros. Su hija pequeña veía entrar a numerosos animales pero nunca salir, ella preguntaba. La respuesta la tuvo muchos años después por boca de su madre moribunda, la cual se había casado a la edad de 19 años con Pavlov de setenta y siete. A partir de entonces la vida de la hija de Pavlov cambió del todo. ¿Trauma, culpa?.
Durante la 2ª guerra mundial se copió la técnica de Pavlov. Actualmente se sigue experimentando con primates y y otros muchos animales, incluso marinos, mamíferos grandes y pequeños, utilizados para probar nuevas armas por parte de los ejércitos, probar drogas o ser manipulados genéticamente o por otros medios. No obstante existen alternativas a la experimentación "in vivo" y científicos que se oponen. Al margen de esta polémica legítima, tanto primates como otros animales salvajes supuestamente protegidos son fuente de recursos para cazadores y traficantes, incluso se destinan al consumo humano, Francia es un ejemplo.
Nuevas especies. Mono de mirada humana
Los recursos de la Tierra y la ciencia
La ciencia y sus científicos-as, sirven a la tecnología armamentística que alimenta las guerras, tanto a sus fábricas legales como a sus negocios paralelos: tráfico de armas, mafias, incitación a enfrentamientos, incluso invasión de países de grado o por fuerza para hacerse con recursos estratégicos necesarios e impuestos en el tipo de sociedad globalizada en la que vivimos. La ingeniería-ciencia aplicada ayuda a arrancar el oro subterráneo de la tierra, sembrando de contaminación y muerte productiva tierras, lagos y ríos, que son abandonados una vez concluidas sus venenosas obras especulativas de extracción de minerales, lo que implica dramas humanos, pérdida de vidas y de hábitats en or de un modo de vida.
La agricultura transgénica masiva a la que inyectan químicos distintos que fabrican unas pocas multinacionales que controlan el mercado mundial como Monsanto. Las mismas que anunciaron en su día, décadas atrás, que esta agricultura iba a servir para erradicar el hambre en el mundo; palabras vacías tras las que esconder pingues negocios. Son también ejemplos del método científico aplicado.
Algunos particulares cientistas se parecen un poco a los neodawinistas, que aplicaban e interpretaban, la teoría de la selección natural de las especies de Darwin a nivel económico y social, lo que desembocó en seudoteorías racistas y reduccionistas. También hay teóricos de la ciencia nada ortodoxos, abucheados por los mas idem.