Botswana: safaris y minas de diamantes en territorio bosquimano



Cada año se organizan decenas de safaris en Botswana y otros países del continente africano; un negocio millonario que colma las necesidades de matar de adinerados poderosos (a veces poderosas), caprichosos aventureros y cazadores del primer mundo aficionados a la caza mayor. Bajo control de un Gobierno supuestamente democrático existe una industria del turismo de élite, dirigida también a jerarcas y dictadores podridos de dólares, no solo del primer mundo. Personajes a quienes se aloja en campamentos de lujo situados en parques nacionales; en muchos casos, estos campamentos pertenecen a exclusivas cadenas hoteleras que extienden su brazo al Africa, como Orient Express, dueña del Khwai River Lodge, del Savute Elephant Camp y del Eagle Island Camp, situados en la reserva de Moremi, Botswana.. y se ofrece la oportunidad de cazar elefantes, leopardos, tigres, leones, jirafas y todo tipo de animales salvajes, muchos en peligro de extinción. Mientras, los bosquimanos son expulsados por la fuerza de sus tierras ancestrales en la Reserva de Caza del Kalahari, se les prohibe cazar para alimentarse, se les niega el agua, se hace caso omiso a los juicios favorables a los mismos, y se les persigue y reprime desde hace décadas.



Indígenas del sur de África 

Los bosquimanos son indígenas del sur de África, donde han vivido mas de 20.000 años; según muchos antropólogos podrían constituir el grupo humano más antiguo del planeta. Se calcula que actualmente son entre 60.000 y 100.000 divididos en diversas tribus, de los que 5.000, tienen (o tenían) su hogar en la Reserva de Caza del Kalahari Central, el centro del desierto del mismo nombre, establecida como reserva en 1961 con el objetivo de que los Khoisan (bosquimanos) pudieran sobrevivir en su forma de vida tradicional como nómadas y cazadores. Los colonos blancos llegaron a las tierrras de los bosquimanos en el siglo XVII (y nunca se fueron del todo). Los bosquimanos del sur de África han ido siendo absorvidos por la población africana, principalmente por el subgrupo de los griqua, un pueblo mayoritariamente khoisan que habla afrikáans y tiene ciertos rasgos culturales únicos que les  distinguen.




Durante la ocupación y administración de la antigua colonia alemana de África del Sudoeste, y como parte de su política de apartheid, se creó una reserva o territorio denominada Bushmenland, reservada exclusivamente a este pueblo, para que pudieran desarrollarse de manera aislada de las zonas reservadas a los blancos. Este territorio tiene, aproximadamente, 24.000 km2. El pueblo de Tsumkwe, de unos 800 habitantes, sería la "incierta" “capital”, ya que nunca se estableció un gobierno regional. 

Diamantes, marfil y otras ambiciones 

Cuando en 1980 se descubrieron yacimientos de diamantes en el hábitat de los bosquimanos, comenzó la expulsión forzada de sus tierras por el Gobierno, que la justificó para ofrecerles “mejores condiciones de vida” y proteger a la fauna salvaje de la caza por esta etnia. La hipocresía se lava la cara con palabras vacías. Desde entonces, se han producido expulsiones masivas, y la policía ha ido desmantelado los poblados, y trasladado a hombres, mujeres y niños en camiones a reasentamientos en el exterior de la reserva. El Gobierno no cumplió sus promesas de mejorar su vida, los abandonó a su suerte en zonas marginadas, sin acceso al agua, la sanidad o la educación. A mediados de los 90, tendió puentes comerciales con Estados Unidos, e intensificó las negociaciones con la compañía de diamantes sudafricana De Beers. En 1996 la exportación de minerales representaba ya el 47% de los ingresos de divisas del país. 



La imposibilidad de continuar viviendo según su milenario estilo de vida y con su dignidad por los suelos, derivó en que muchos bosquimanos, en analogía con otros pueblos indígenas maltratados, sucumbieran a la depresión y el alcoholismo. Enfermedades como el SIDA, la tuberculosis o las neumonías, hasta entonces desconocidas por ellos, se instalaron en su vida. 

                                                                                                           Que se vayan

El Gobierno de Botsuana ya dio luz verde y licencia a la empresa Gem Diamonds para la explotación de una enorme mina valorada en 3.300 millones de dólares en la Reserva de Caza del Kalahari Central, en las proximidades de Gope, tierra de los bosquimanos. Actualmente el parque está parcelado por diferentes concesiones de explotación de diamantes. (Kalahari Diamonds Limited, De Beers o Falconbridge), entre otras empresas, que dicen contar con el consentimiento de los bosquimanos, quienes, por otra parte, nunca han sido asesorados ni consultados de modo independiente tras otra expulsión forzosa en 2002, ni siquiera se reconoce su existencia en la constitución de Botswana. Y a todo eso se le llama democracia.

Matanza de elefantes. Negocio legal e ilegal

Datos aproximados y seguimiento.  En el año 2010, cerca de 10 toneladas de marfil se vendieron en el comercio ilegal en Taiwán y Japón. En Singapur se requisaron 6, 5 toneladas de marfil destinado al Lejano Oriente, ese cargamento representa el sacrificio de entre 3.000 y 6.500 ejemplares. Se calcula que los agentes aduaneros sólo logran detectar alrededor de un 10 por ciento del contrabando total de marfil, y muchos están comprados por mayoristas o intermediarios. 



El número de incautaciones de colmillo ilegales supera las tasas de natalidad de los paquidermos, actualmente algo mas de 450.000, pero su población disminuye en 38.000 cada año, por lo que la especie podría extinguirse en 15 a 50 años. De todo ello alerta Samuel Wasser, director del Centro de Biología de la Conservación de la Universidad de Washington.  Según la ONG Traffic, en 2011 se confiscaron en el mundo 23 toneladas de colmillos de elefante, una cantidad equivalente a 2.500 paquidermos muertos. Un caso reciente de matanza ilegal de elefantes para robar sus colmillos se dió en Camerún por una milicia procedente de Chad que mató a 450 en pocas semanas. El rol de las transnacionales y sus intermediarios en la destrucción de fauna salvaje y otros recursos minerales o madereros se pone a la par de la ilegal, a veces son mafias que se confunden.

                                                      matanza salvaje en Chad de 89 elefantes, 39 eran hembras preñadas