El juego de la mentira... Entre políticos

                                            No están solos        Solo se admiten políticos... manipulables


Existen diferentes formas de mentir: dos de las mas importantes son el ocultamiento (no transmitir toda la información que se posee, o solo una pequeña parte, la que interesa o no puede perjudicar a quien miente), y el falseamiento (presentar información falsa como si fuera verdadera), las dos en contínua actualidad entre la clase política y relacionados y que se puede extrapolar a distintos grupos de presión, influencia o poder político, social o económico, al igual que personal. 

Otros modos de mentir son: intentar despistar; andarse por las ramas; ironizar sobre una verdad acusadora de manera exagerada o cínica para desorientar a quien pregunta etc. El ocultamiento a medias es una técnica del mentiroso-a para desviar el interés o la atención de quienes preguntan, y alejarles hacia lo que todavía permanece oculto.

Gradación de la mentira 

Parece ser que todos mentimos en alguna ocasión, y se dice haber demostrado científicamente que algunos primates mienten entre ellos, por lo cual resultaría que existe una parte innata "quizá heredada” en la mentira humana. No obstante, el factor cultural y social aprendido tienen más peso en el comportamiento de quien miente.

Según expertos/as hay mentiras, posiblemente inevitables, por diferentes y complejas razones y circunstancias en la vida; la lista es larga: se miente para causar buena impresión ante los demás; proteger la propia imagen o la de otros-as, o cuando existen secretos de envergadura que pueden conllevar a conflictos o consecuencias nefastas para las partes; cuando existen intereses turbios o sentimientos comunes (encubrimiento); mentirse así mismo o a otros para justificar algo (autoengaño), mentiras piadosas, por pena, por cortesía o por miedo... etc.

Gradaciones de mentiras sociales o personales algunas más tolerables que otras, se pueden transformar con el tiempo en algo peor Quizá la mentira mas común es la que se utiliza para manipular a los demás con el fin de conseguir algo; incluso el hecho de pillar mintiendo a alguien sobre cuestiones importantes sin que pase nada, puede animar a seguir mintiendo.

                                                                               
                               Humor ingrato                                               Que no acaba  

Hay mentiras a las que se añade terminología confusa (manipulación del lenguaje de distintos grupos de poder: económico, político, judicial y sus respectivos subordinados en diferentes áreas, también personales, y con las cuales se obtienen beneficios para sí mismos u otros y se mantienen estatus evitando la carga pública negativa (aunque cada vez menos).

 Técnicas para atrapar a un mentiroso

Un mentiroso puede que no haya pensado en todos los detalles de su historia. Si crees que miente, indaga sutilmente en todos los detalles de la historia. 

Cuando una persona miente, las pausas entre palabras aumentan . 

Cuando se la indaga directamente, mientras una persona sincera está dispuesta a cooperar y dar explicaciones, un mentiroso se irá por las ramas y será poco cooperativo. 

Cuando una persona dice la verdad, es posible que pueda cometer varias imperfecciones; en ese caso no tendrá problema en reconocer tales imperfecciones o falta de claridad y volverlas a explicar. 

Un mentiroso sí tendrá problemas en admitir esas “pequeñas imperfecciones”, o su falta de claridad y no estará dispuesto a volver a explicarlas o volverá a repetir lo ya dicho. 

El recelo a ser detectado es mayor cuando el mentiroso es vulnerable por temor a ser atrapado.

                                                                17. Enero 2014. Las mañanas de la 4
 
 Días después se cancelan definitivamente las obras de Gamonal

El poder y sus lacayos 

La clase política miente con frecuencia, a sabiendas de que miente. Muchas de las promesas realizadas, principalmente en periodos electorales, por ejemplo, a las capas mas necesitadas de la población, se justifican de toda manera posible cuando se llega al poder, que es cuando se hace casi todo lo contrario a lo prometido en su día, con matices "importantes" según el partido que ocupe el sillón. Incluso, como pasa en la actualidad en España, se pasa por encima de derechos adquiridos con sudor y lágrimas a través de las últimas décadas en aspectos fundamentales (educación, sanidad, igualdad de género, dependencia o libertad religiosa), esto último con muchos matices cuestionables sine die por unos y otros. 

En tiempos de crisis, como el  actual, se percibe más en la conciencia de las personas todos esos cortes en derechos. La asignatura pendiente del acceso a la vivienda, el drama que generan los deshaucios, incluidos suicidios, ocultos para las cifras oficiales, la estafa de las preferentes a miles de personas sencillas y trabajadoras mediante engaños, la persecución de inmigrantes y la negación de todo derecho como la atención sanitaria básica... ¿cómo pueden calificarse?.

Mientras, a los generadores de las crisis, sean bancarias, oligopolios o grandes corporaciones y relacionados, o ladrones de guante blanco, sus lacayos y amigos, los gobiernos, les reciclan y llenan de millones para tapar millonarios agujeros que paga el ciudadano/a de a pie (no los defraudadores), algunos/as de los cuales depositan parte de lo robado en paraísos fiscales, como buenos patriotas.

                                                                                  ¿Por qué?

Pero no importa, como declaró un ministro, hay que convocar a Santa Teresa en tiempos recios; y seguir su camino, supongo que quería decir eso, Está claro que el mensaje va dirigido a la capa mayoritaria y sufriente de la población, no a sus amigos los obispos. Si Jesús y Santa Teresa le oyeran, le darían con algo en la cabeza, por hipócrita. 

Séptimo mandamiento: No levantarás falsos testimonios ni mentirás.
!Me equivoqué, ese es el Octavo; el séptimo es: No hurtarás

Ni autocrítica ni arrepentimiento. Egos mayúsculos 

Dos ejemplos ilustrativos: Felipe González y Jose María Aznar. Ambos mintieron en cuestiones muy sensibles, pero siguen alardeando de su importancia personal y egos mayúsculos, que no se sustentan en sus nada ejemplares vidas. El poder está detrás.

El hábito del ocultamiento entre la clase política no conlleva arrepentimiento, explicación posterior satisfactoria o autocrítica, en general, lo que genera una falta de credibilidad social cada vez mas amplia, incluso desprecio hacia muchos políticos/as que están o han estado en el poder. La sensación es que el poder (político, judicial etc.) tiene carta casi blanca para hacer o deshacer sin que pase nada, o poco. Los ejemplos a cientos, no son excepciones.

  
                                                                        

Incluso cuando la mentira se comprueba con datos, documentos, terceras confesiones y verificaciones, al tratarse de poderosos siempre faltan datos a ojo de las jurisdicciones y organismos recaudatorios “amigos”; pasa lo contrario si a algunos jueces se les ocurre poner en jaque a individualidades o grupos poderosos, las trabas legalistas o a medias aparecen por todas partes; el problema es que en la actualidad, a pesar de la manipulación parcial de los medios generalistas, ciertas verdades e informaciones salen a relucir y se extienden a otros medios, redes sociales que traspasan fronteras y mas etcéteras. No es exclusivo de España.

                                                                    Desafiando al miedo

La grandielocuencia jurídica y terminólógica, bastante aburrida por repetitiva, que ampara a los/as podersoso/as y los nudos gordianos fiscaleros de turno y relacionados, sortean todos los caminos para escaparse por la calle de atrás. Y los/as mentirosos/as, que quieren creerse sus propias mentiras con entusiasmo, cara al público sonríen abiertamente, contestan con naturalidad con frases cortas y repetitivas, sabiendo, por supuesto, que no están contestando.