La cruzada de Dian Fossey.

                                                                                Dian Fossey

Hoy, ochenta y dos aniversario del nacimiento de Dian Fossey, investigadora y zoóloga estadounidense, se recuerda la obra de esta gran mujer y de su lucha en pos de la conservación del hábitat natural de los gorilas de montaña en la República Democrática del Congo y en Ruanda, donde pasó mas de dos décadas estudiando el comportamiento de estos misteriosos y sensibles animales y conviviendo con ellos como nunca hasta entonces había hecho nadie, siendo reconocida por su labor científica y conservacionista.

Su infancia fue un tanto desgraciada, a raíz de la separación de sus padres cuando contaba solo tres años de edad, siendo maltratada psicológicamente por su nuevo padrastro. Desde niña estuvo interesada por los animales, por lo quiso estudiar veterinaria, abandonando por distintas razones estos estudios. Se graduó en terapia laboral en el San Jose State College en 1954. En Louisville dirigió la sección de terapia en un hospital de niños lisiados (1955-1956). Pasó varios años trabajando en un hospital infantil de Kentucky, al cuidado de niños discapacitados psíquicos. Sus métodos terapéuticos, comunicativos y gestuales la acercaron mas de lo habitual a estos niños tan necesitados de afecto.

Inspirada por las obras del zoólogo estadounidense George B. Schaller, viajó a África en 1963 para conocerlo, continuando con el trabajo de campo iniciado por Schaller sobre el comportamiento de los gorilas de las montañas de Virunga en su hábitat natural. Schaller y Fossey documentaron con pruebas sobre el terreno la profunda compasión e inteligencia social evidenciada entre los gorilas, y su paralelismo con la conducta humana, descartando la percepción pública negativa de la brutalidad de estos nobles animales. Tras conocer al antropólogo británico Louis Leakey y animada por éste inició un largo estudio de campo sobre el comportamiento y hábitat de los gorilas de montaña en Virunga.



Tres ángeles

Los Ángeles de Leakey es el nombre otorgado a las tres mujeres enviadas por Louis Leakey a estudiar primates en sus ambientes naturales. Las tres primatólogas Jane Goodall, defensora y estudiosa de chimpancés, Dian Fossey de gorilas y Birutė Galdikas de orangutanes.

                                                                       cincuenta años de lucha


El nombre fue dado por Galdikas, una de las tres mujeres actualmente activa, al igual que Goodall, en su libro Reflexiones del Edén publicado en 1995. Galdikas, estudiosa de los simios rojos (en fase de  extinción) en Indonesia, denuncia la matanza de orangutanes y la quema continua de los bosques y junglas donde habitan, para crear inmensas plantaciones de palma de aceite que demandan principalmente EEUU y Europa; y también China, y publicitada como una energía limpia, algo del todo irreal. Galdika ha peleado con cazadores, taladores y mineros; pero nada ha sido tan letal para esos bosques y sus habitantes como los masivos incendios para despejar las selvas en aras del negocio.







Karisoke, lugar de estudio de Dian Fossey, pasó a ser centro internacional de investigación sobre los gorilas, fundando el Centro de Investigación de Karisoke en 1967. En 1974 le concedieron el grado de doctora en Zoología por la Universidad de Cambridge.

Enemigos poderosos

Dian Fassey se enfrentó a los cazadores furtivos y a los poderes que los protegían y sus intereses comerciales, que llevaban hacia la extinción a estos admirables animales, tan cercanos en origen a sus hermanos mayores humanos. Tendió trampas a los furtivos los persiguió en compañía de algunos mal pagados guardas forestales y denunció en reiteradas ocasiones. Sus reportajes publicados en la revista National Geographic concienciaron a miles de personas. 

En su libro Gorilas en la niebla (1983) de gran éxito y posteriormente llevado al cine, recoge sus estudios, observaciones, relación y vivencias realizados durante sus años de trabajo de campo. 

Fue asesinada el 26 de diciembre de 1985 a machetazos por un grupo de cazadores furtivos al mando del cuñado del entonces presidente de Ruanda Juvénal Habyarimana. Su muerte fue atribuida, por sus mismos asesinos, a un joven estudiante que nada tenía que ver en el asunto y que tuvo que huir para salvar su vida. Fue enterrada en el cementerio que había construido para los gorilas cerca de su vivienda.



Actualmente continua la movilización internacional para salvar a los gorilas de las selvas de Virunga. También en España.


                                                      Bosque quemado en la isla de Sumatra