La organización WWF y su socio Natural Habitat Adventure aseguran promover el turismo, supuestamente responsable, en la Reserva de Caza del Kalahari Central en Botsuana, proclamando tener un “compromiso común para la conservación”, una alianza productiva que ha supuesto para la publicitaria y ecologista asociación, como se autoretrata WWF, más de 2 millones de dólares. Mientras, el gobierno autoritario y clasista de Botsuana sigue reprimiendo y expulsando por la fuerza a los últimos grupos de bosquimanos cazadores-recolectores de lo que fue su hábitat por mas de 20.000 años y negándoles su derecho al agua y la subsistencia.
En algunos países del África Austral, como Namibia y Botswana, muchos grupos indígenas han sido desposeídos de sus tierras por la fuerza y reubicados en asentamientos miserables con la justificación de proyectos de desarrollo económico o turismo “respetuosos con el medio ambiente”. Son las medias verdades políticas post-coloniales, que utilizan parecidos argumentos y prácticas de los gobiernos coloniales anteriores, esos que nunca se fueron. Indígenas de distinas etnias siguen en la miseria y el abandono expulsados de sus tierras por sus respectivos gobiernos, los medio-conservacionistas por su parte se reparten los dividendos de su "turismo responsable".
Antecedentes aristocráticos de WWF
WWF es una organización fundada por Felipe, Duque de Edimburgo en 1961, con la demagógica declaración de proteger a las especies de animales en vías de extinción, la creación de parques nacionales y reservas de vida silvestre, todo ello tras haber participado en una expedición de caza de tigres de Bengala invitado por el Rajá de Jaipur y matar a una rinoceronte hembra, abandonando a su cría hacia una muerte segura por inanición, hecho que le costó severas críticas, por lo que nombró como presidente del WWF a su primo hermano, el Príncipe Bernardo de Holanda.
El expresidente de WWF luchando contra la extinción de las especies con una escopeta al hombro.
En tiempos más actuales. Documento de trabajo de WWF para la CoP 14 (celebrada en 2007) del convenio Cites que regula el comercio internacional de especies amenazadas. La postura de apoyo de WWF ante una enmienda propuesta por Botsuana, cuyo punto 1 dice que se permitirá para la población de elefante de Botsuana "trade in hunting trophies for non-commercial purposes el comercio de trofeos de caza para fines no comerciales, "porque no refleja ningún cambio en el número de población de elefantes africanos de Botsuana, algo del todo falso.
El gobierno de Botswana declaró la prohibición de cazar elefantes a partir del presente año, algo que no se tomó muy en serio un destacado cargo alemán, de medio ambiente para mas sarcasmo, quien aprovechó el último mes anterior a la prohibición para dar bastantes tiros a estos indefensos animalotes. ¿Dimitirá?.
El pueblo inofensivo
Elizabeth Marshall en su libro El pueblo inofensivo, relata cómo solían dormir al aire libre en Nyae Nyae, sin temor a los leones, pues entonces «los leones dejaban a los humanos en paz». Si los bosquimanos habían herido a un antílope con un dardo envenenado y lo estaban siguiendo y alcanzaban a una manada de leones, compuesta en general por unos 30 miembros que habían reclamado la pieza, los bosquimanos se acercaban a los leones y les decían que la carne les pertenecía.
«Les hablaban con respeto, pero avanzaban hacia ellos y los leones gruñían y gruñían pero al fin se retiraban.» Los bosquimanos podían hacer esto porque, habiendo convivido y cazado en las mismas tierras que los leones durante miles de años, ambos habían desarrollado un modo de vida conjunto basado en el respeto mutuo. «Es una cosa muy antigua, esta
relación entre leones y bosquimanos», comenta Elizabeth. «El pasado arqueológico bosquimano se remonta a 35.000 años, o más, según los antropólogos/as... Los leones han vivido en el Kalahari más de 700.000 años.».
Los 5.000 gana y gwi de la Reserva de Caza del Kalahari Central en Botsuana han sido los últimos bosquimanos que vivían exclusivamente de la caza y recolección. En 1997 y 2002, tras años de acoso, el Gobierno de Botsuana los expulsó por la fuerza de sus tierras ancestrales en la Reserva a campos de reasentamiento, conocidos entre los gana y gwi como «los lugares de la muerte», donde las enfermedades contraídas por su cambio radical de hábitat, la desesperación, el alcoholismo, la prostitución y el sida han sido sus compañeros. La razón fue la excavación de sus tierras en busca de diamantes en dos antiguos poblados bosquimanos: Gope y Kukama, y que no ha parado desde entonces por concesiones del gobierno a distintas empresas.
Las mentiras del gobierno de Botswana
Las justificaciones del gobierno para seguir expulsando a grupos de bosquimanos del Kalahari es que esquilman la caza y por la falta de agua. No obstante, la razón por la que los bosquimanos necesitaban al menos un pozo de agua se ha debido al aumento de tierras para ganado impulsada por el gobierno desde los años 80 en las fronteras de la reserva de caza del Kalahari, que hizo descender de modo dramático el nivel de agua del subsuelo.
La acusación de esquilmar la caza es otra falsedad, que puso de manifiesto Joseph Malthare, director en 2001 del departamento de medio ambiente de Botswana bajo juramento ante el Tribunal Supremo de ese país en un juicio histórico, al declarar que no existe evidencia en los últimos 20 años de que los bosquimano hayan utilizado rifles para cazar, por ejemplo, antílopes. Incluso en estudios oficiales posteriores del organismo estatal de medio ambiente anterior a las expulsiones, la mayoría de antílopes habían aumentado. ¿Quien porta rifles envenenados de dinero entonces? Y cuánto dinero cuesta