Drogas y modas "malditas"



Aprendiendo de las drogas es un libro de Antonio Escohotado, ilustrativo y crítico, para muchos radical, que cualquiera que busque profundizar y elaborar una opinión independiente puede descargar en pdf. Una recopilación actualizada de “El libro de los venenos”: Para una fenomenología de las drogas, publicado en la década de los 90 del reciente pasado S. XX, al que se han sumado experiencias propias y ajenas con diferentes sustancias, y corregido y ampliado datos de índole botánica y química, así como relativos a la elaboración, precio en origen y dosis máximas/mínimas de distintas sustancias.

Aprendiendo de las drogas. Usos y abusos, prejuicios y desafíos. Ilustración farmacológica frente a la barbarie farmacológica.



La definición antigua generalmente admitida sobre ciertas sustancias fue la griega. Phármakon es una sustancia que comprende a la vez el remedio y el veneno; no una cosa u otra, sino ambas. Según Paracelso: “ sólo la dosis hace de algo un veneno”. En el primer tratado de botánica científica, un discípulo de Aristóteles así lo expresaba a propósito de alguna de tales sustancias (como la datura) con datos medidos y pesados. El término “narcótico”, más actual, pasó a ser solo una expresión legal y no farmacológica; así son tales las sustancias autorizadas, con independencia de sus efectos psicofísicos.

Quien busque algo de objetividad no debería mezclar Etica, Derecho y Química. Y ciertas clasificaciones, supuestamente científicas, en drogas “ psicotóxicas” y “ no psicotóxicas” lo hacen sin ningún rubor, e intentan justificar con distintos términos la diferencia entre drogas prohibidas y legales o autorizadas por el Derecho. Si la neurotoxicidad es una característica verificable que se mide por la destrucción de células determinadas, la psicotoxicidad sería una versión moderna de la herejía teológica. Y entre las drogas más utilizadas y neurotóxicas, una de las mayores es el alcohol, el cual aparece como un artículo de “alimentación” vendido en supermercados, bodegas, bares y lugares de ocio. En esos lugares nunca se indaga ni se informa sobre dosis y efectos.


 Dí no a la manipulación, dí sí a la información contrastada

El reclamo publicitario seudo moralista: “Dí simplemente no” (a las drogas); que nos servían en bandeja en la “caja tonta” en la década de los 90, entraba por un oído y salía por el otro, incluso funcionaba (en opinión de Escohotado) como promoción directa de su consumo. Su superficial pretensión de ser algo creíble como mensaje preventivo no coló, ni en adolescentes ni en jóvenes y no tan jóvenes. La información “a medias”, adjetivos e interpretaciones interesadas estaban y están en el centro de la polémica. ¿Y por qué no utilizar en nuestro provecho ciertas drogas inteligentes?

La manipulación mediática oficial y tendenciosa, aun supuesta de buena fe, no hacía pedagogía porque no informaba, solo lanzaba sentencias, dibujando en color ridículas alternativas en la tele, eso sí, divertidas, como las que retrataban a jóvenes haciendo alguna especie de gimnasia por terrazas y piscinas con los brazos en cruz; medio bailando o simulando “acrobacias” más o menos fáciles de ejecutar. Por otra parte, el consumo cada vez mayor de alcohol (droga dura legal), seguía y sigue aumentando entre adolescentes y jóvenes, mientras se continúa demonizando a la Marihuana; una planta terapéutica ya legal o tolerada en diversos países del mundo, y que se utiliza en otros como reclamo represivo oficial, por ejemplo por la policía, si a alguien le pillan (aun hoy, en este país), una pequeña bolsita con cinco cogollitos inocentes, aparte de la correspondiente multa y humillación, aunque en ocasiones el policía tolerante (los menos), haga la vista gorda, y otros más avispados se lo queden para ellos.



María es inocente

Al margen de lo dicho, se han ido produciendo a lo largo de los años algunas “desapariciones extrañas” de sustancias prohibidas, algunas más inocentes que otras, aunque a todas se denomine con el mismo adjetivo agresivo; sustancias decomisadas por instancias oficiales de mayor o menor rango, solo algunas desapariciones, especifico. Y lo que no se sabe ni se sabrá; en esto como en todo, el dinero, la influencia y el poder median; y ahí el Derecho y los jueces se hacen más pequeños. La doble o triple moral tiembla en la balanza cuando se trata de pesar dinero, en relación al pillado/a con cuatro o cinco cogollitos de María o una barra de hachis (unos pocos gramos).

Los intereses mercantiles de algunos gobiernos, respecto de la comercialización de la planta, y la tolerancia o intolerancia de otros, como los efectos terapéuticos demostrados (y demás) de la “María” siguen enfrentando a “desinformados” a propósito y paternalistas o seudo moralistas (aquí entra la Medicina oficial, la Religión o el Derecho), con las opciones de libertad personal o social. Esto no excluye los dramas humanos a causa de ciertas drogas, donde confluyen variables de todo tipo, circunstancias sociales y personales adversas, incomprension,marginación etc.

Además de la manipulación en algunas sustancias de sus componentes antes de salir al mercado (negro o marrón, se entiende), para hacerlas más rentables; como las de diseño químico; la heroina (muy adictiva) o la cocaina (menos, sobre todo como se ha consumido durante siglos por distintas etnias indígenas de la Amazonia, masticando la hoja de coca para disminuir el cansancio o la fatiga).




Y una que sí mata, apodada Krokodile, es la heroina de los más pobres y deshauciados por la sociedad, utilizada, principalmente, en los países del este en los suburbios más dejados de la mano de Dios. Desgraciadamente se está extendiendo y ya existen casos en Mexico y EEUU.

Krokodile se lo come todo


“Enganches consumistas sanos”: Modas nacionales o importadas 

“Alternativas” consumistas de sofá para atraer a jóvenes y maduros, engancharlos más horas a la tele o conminarlos a seguir sus directrices, fueron ciertos programas televisivos, el más conocido, el japonés “Humor amarillo”, importado por Tele Cinco (y años después por la Cuatro), y donde los voluntarios concursantes pasaban, o no, ciertas pruebas ingeniosas mezcladas con sustos, golpes y jugarretas inteligentes o bordes, al igual que provocaban carcajadas. Otros inventaban nuevos “desafíos” con pruebas más o menos difíciles, algunas “asquerosas” donde se utilizaba en ocasiones animales.

En la pasada década, importado de EEUU mediante el programa televisivo de la MTV, “Jaackass” (traducción aproximada: “tonto del culo”), se exhibían imágenes de especialistas en realizar diversos tipos de acciones de peligro, como tirarse por un tejado en un carro de la compra; sabían caerse y aun así se daban buenos golpazos; o probar contra sí mismos balazos reales de pistola en el pecho (con chalecos anti bala), cuyo resultado eran grandes hematomas. Teatralizaban piruetas, algunas bastante peligrosas que como especialistas podían controlar, y no siempre, que dieron paso a cierta moda por imitación de gente joven (también en España), ocasionando a veces golpes serios y heridas o traumatismos.



Ciertos programas basura siguen enganchando a muchas gentes desde su sofá, haciendo crecer la tripa y empequeñecer la mente (es una fácil libertad de opción). Deportes reyes o príncipes provocan entusiasmos desorbitados y patrióticos, también peleas e insultos desde el sofá o la calle, mientras se consumen litros de cerveza y papas transgénicas, a la vez que se hace millonarios a unos cuantos. Con democracia o sin ella, es una constante. Todo lo cual no quita otras virtudes (en los deportes aludidos) que pocos imitan, como el esfuerzo personal y la disciplina. 

Deportes de riesgo como el Puenting, de moda hace algunos años y consistente en tirarse al vacío por puentes y barrancos de muchos metros atados con cuerdas elásticas, también han tenido seguidores poco profesionales (no expertos) que buscaban la subida de adrenalina con experiencias fuertes, los accidentes han sido numerosos, y algunos se dejaron la vida en el salto (su última experiencia). Otra libre opción.



Una“derivación”, más temeraria si cabe, de moda hace pocos años y denominada “Balconing”, consistía en saltar de balcón a balcón sin protección desde pisos altos de hoteles en algunas zonas turísticas de Mallorca y otros lugares. Se decía que algunos jóvenes extranjeros venían a propósito para tal fin. Europeos del norte y de países ricos, aburridos de su vida “regalada” que buscaban aventuras fuertes. Muchas muertes hubo que lamentar por aquello y cierta alarma social. Ahora parece que ya se va dejando atrás, aunque a veces aun nos sorprende alguna triste noticia de esta índole. 



Tácticas del reclamo turístico de alguna agencia extranjera europea para visitar España, no hace tanto, era ofrecer un catálogo consumista de diversiones, sobre todo para jóvenes, consistente en un cocktayl de fiestas desenfrenadas, en las que incluían alcohol, mujeres e incluso peleas con la policía, y que al parecer fue denunciado por el propio cuerpo de la policía española.


“Consume hasta morir”.