La supervivencia del poder global o parcial y sus delegados públicos y gobiernos dependientes, desde una relación jerárquica piramidal, se basa en dirigir y amansar a las masas para pensar de forma acrítica, mediante todos los altavoces a su disposición: políticos, económicos y mediáticos, para manipularnos a su antojo, con matices, sin siquiera darnos cuenta. En Occidente, tales poderes establecieron en su día mediante la Conferencia de Bretón Woods, la integración de las economías occidentales, estableciendo y aplicando normas, como la liberalización progresiva de las economías globales o la supeditación de los intereses del Sur a los del Norte (que ya no se relacionan tanto, en la actualidad, con la latitud geográfica, dados los cambios políticos y económicos acaecidos en el mundo). China es el mejor ejemplo.
La derivación en décadas posteriores de los citados acuerdos en los 80, y sobre todo en los 90, y acorde con el Consenso de Washington, ha ido seguida de una mayor desregulación de los mercados, falta de control democrático y vía libre para las grandes empresas transnacionales, predadoras y apropiadoras de los recursos naturales del Planeta y de los seres vivos, como el ocultamiento en paraísos fiscales de las grandes fortunas y capitales no productivos o el blanqueo de los mismos de distintas organizaciones criminales de distinto signo (narco tráfico, tráfico de armas, trata de personas o del fundamentalismo islámico), por poner algunos ejemplos, como de las financieras (mafias no tan diferentes a efectos prácticos).
La falta de ese control democrático de los estados ante los tiburones globales económicos, como de millonarios innombrables, minimizan y condicionan gradualmente el poder de los gobiernos, no importa su color o ideología, o que sean estados democráticos formales o corruptos. Los representantes legales de algunos de tales depredadores son, entre otros, el BM (Banco Mundial), el FMI (Fondo Monetario Internacional) o la OMC (Organización Mundial del Comercio) ¿Y la Trilateral?., constituida por una serie de países que representan el 10% de la población mundial y acaparan el 80% de los recursos del Planeta. Y los ámbitos afectados son todos, a nivel social, político, cultural, económico, institucional o medioambiental. Así va el Planeta.
El miedo a la democracia real de los potentados
Sus peones en Europa, cuyo alcance mediático es masivo, se encuentran hoy en plena efervescencia mensajística ante el referéndum del domingo en Grecia. Todas las estrategias políticas y económicas, junto a terminologías ya sabidas, por repetitivas, han arruinado la vida de cientos de miles de personas en Grecia, cinco años después de sus imposiciones; están peor que antes, pero no les basta. Así mismo millones de personas, no tanto en Europa (que también), y las consecuencias están a la vista para quien quiera ver sin velos. A niveles escalofrientes en África, Latinoamérica (principalmente en la Amazonia) o en Asia.
Privatizaciones a mansalva de todo lo público para beneficio de pocos; precariedad en el empleo facilitada desde el poder con nuevas leyes que alegran a muchos empresarios sin escrúpulos, como el ex jefe de los empresarios españoles Díaz Ferranz (en la cárcel, por fortuna), aunque estos casos son la excepción. Corrupción política en España (dame y te doy). Desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, horas extras que nunca se pagan, pobreza que se extiende a capas cada vez mayores de población, represión de derechos fundamentales como salud o vivienda, desahucios a miles, suicidios y desesperación que taponan con cánticos de sirena o invocaciones a Santa Teresa. Ley Mordaza ...
¿El principio del fin? De eso nada
Que más quisiéramos. Los reclamos hipócritas “racionalistas” y mete miedos en momentos puntuales son coreados al unísono por ministros de economía afines, ex presidentes corruptos y ladrones (como los últimos que durante décadas gobernaron Grecia) y millonarios varios, fieles servidores de sus amos, como el Presidente de la Comisión Europea Junker, que tantos favores hizo bajo mano durante años a muchas multinacionales indecentes desde Luxemburgo (paraíso fiscal) y que fue votado para su cargo actual, tanto por los populares europeos como por la social democracia (en España por el PP). El PSOE votó en contra a última hora, lo que no gustó en los viejos altares de su propio partido, y Ciudadanos !atención! votó a favor.
Los primeros desprestigian al máximo a un gobierno recientemente elegido que no fue quien hizo de Grecia lo que es hoy, que intenta cambiar las cosas y se atreve a plantar cara al poder y no se arrodilla, al contrario del anterior presidente ladrón, a quien el PP apoyó públicamente. Los segundos dan una de cal y otra de arena.
El Poder (con mayúscula) crea las crisis económicas, gradualmente, y después ofrece “sus soluciones”.
Y ya se sabe con antelación, que aunque el No ganara en Grecia mediante referéndum, algo que intentan evitar con todo tipo de tácticas oportunistas y antidemocráticas disfrazadas de democráticas los de siempre, los tiburones financieros y terroristas globales económicos continuarán al acecho.