Poder y Dominio
El poder, aplicado a las diversas realidades de los grupos humanos en diferentes ámbitos geográficos y lugares del mundo, tuvo quizá su origen remoto en forma de pequeñas jerarquías y diferenciación en los lazos biológicos de parentesco, compartamentales y sociales, determinados por la adaptación al medio ambiente, la necesidad y la fuerza, el aprendizaje y la cooperación (mano-cerebro). Variables de tiempo y espacio, cambios e intercambios aumentaron la posibilidad de supervivencia; y a medida que los asentamientos, la presión demográfica y la socialización humana se extienden el “homo sapiens” se torna más práctico, racional y complejo. Y más ambicioso.
El poder, desde la antigüedad, ha sido ejercido por los dominadores, primero mentales (o dioses), seguidos de sus ortodoxos u heterodoxos “descendientes”. La dominación entre comunidades humanas existe desde el principio de los tiempos; tiene su origen en determinantes de dominio y hegemonía de unos seres sobre otros o contra otros para beneficio de los circunstancialmente más fuertes. Así, conceptos complejos como civilización en un pasado protohistórico como en la Historia Antigua, o el concepto de civilización de los últimos cinco siglos, o el término “ser civilizados” en el presente, se contraponen, o no, a poder, barbarie y terror; sumisión, ignorancia o indiferencia. Interpretaciones e imposiciones humanas desde conocimientos, adoctrinamientos e intereses distintos
La deriva del instinto humano y su cerebro (ingénuo, ingenioso, iluminado, manipulador...) de bestia inteligente, con sentimientos y pasiones, que a través de milenios de evolución y lucha por la supervivencia, curiosidad y adquisición de conocimientos, ha visto nacer etnias y culturas diferentes, mestizajes e intercambios, conquistas, guerras, destrucción de sociedades y surgimiento de otras, así como transformación en todos los campos del saber, se ha ido deslizando hacia mutaciones de poder directoras y pensamientos dominantes, individuales, locales versus globales. Lastres de un pasado común, quizá inevitable, que se arrastra hasta hoy. (Medio-Mente-Cerebro-Homo Sapiens) ¿Quién controla a quién?
Ningún Poder superior escucha. Ojos impotentes; nos miramos pero no nos vemos. Somos mundos bajo los que subyacen submundos, caminando en filas dispersas, complacientes, confusas o sangrantes por vías asimétricas dirigidas, condicionados por un mismo destino que no atiende a razones humanas, siendo la razón humana la hipotética guía.
Hoy, los Poderes que guían los destinos de los pueblos de la Tierra y sus gentes siguen divididos y enfrentados, armados con distintas herramientas tecnológicas e ideológicas para construir o destruir, y legitimar su parte de hegemonía e influencia que creen les pertenece, a sangre y fuego si es preciso, engendrando mónstruos que ya no pueden dominar. Ególatras del Poder económico, militar, político o religioso van delineando el rumbo a seguir de la Naturaleza, los seres vivos y el Planeta. Otros poderes invadidos por aquellos se les oponen e intentan su propia deriva, reinventando mónstruos del pasado que la ambición de unos y el fanatismo de otros han vuelto resucitar. Quizá nunca se fueron del todo.