Para que todo siga igual o peor


Rajoy sí parecía ser, de vez en cuando, de centro derecha, era más educado que los de Casado y argumentaba, no mentía tanto. También intentó pactar alguna vez con sus adversarios políticos e insultar menos. Aznar volvió a ejercer de jarrón chino después de nombrarlo su sucesor. Más adelante se derechizó todavía mas, además de seguir afirmando que existían las armas de destrucción masiva en Irak, aquellas que nos metieron en la guerra por servir a USA y facilitó las matanzas yihadistas posteriores en 2004.

La teatralización de la política en España llega a niveles ridículos de demagogia barata y tontería mediática, flhases y puestas en escena. Términos como “acuerdo histórico” acuñado con vehemencia por Pedro Sánchez en su "pacto" con Ciudadanos (cuando pocos meses antes acusaba a este grupo de ser la marca blanca del PP) devalúan el concepto de Historia y devalúan el entorno social que lo contiene, intentando adueñarse del “sentimiento” fácilmente manipulable de cierta masa asimétrica dispuesta a creerse lo que le echen, ayudada, claro está, de la imagenología mediática y televisiva sobre todo. Lo que recuerda la crítica acerada de algún libro de Milan Kundera sobre este aspecto.

Reparto de culpas 

 Tras la cierta demagogia del posible cambio de rumbo político a la izquierda enarbolado por Pedro Sánchez anterior al 20D, la vuelta a la “realidad” impuesta por los barones de la derecha pesoera y sus intereses (Susana, Felipe González ...) que confluyen más con Ciudadanos y PP, excluyó a Podemos de cualquier acuerdo, conversaciones y mucho menos pactos. Pablo Iglesias nunca fue llamado a negociar nada, solo se pretendía (y aún se pretende) que suscriba un pacto a dos, despreciando su intento. Ahora se le culpa de que hayan nuevas elecciones. Pedro cupa a Pablo y Mariano culpa a Pedro. Pedro dijo que nada con PP, y ahora ya es tarde para volverse atrás, aún cuando PP insiste en la gran coalición, que también presenta como una especie de acuerdo histórico.


Y todos contra Podemos: ese demonio rojo, negro, verde y morado, donde confluyen transversalmente ecologistas peligrosos, feministas, marxistas de diversas ramas, independentistas y hasta anarquistas y heaves rastreros (o rastras). Sin embargo, la realidad es mucho más compleja, como la pobreza estructural, marginación  y exclusion social de millones de personas en este país, y en ese sentido los apodos sobran. El intento de Podemos con toda su gama de colores no gusta a los poderes fácticos de siempre, a los privilegiados y a los españolistas de boca que guardan sus fortunas en paraísos fiscales o en armarios de parientes, y no solo en Panamá, también en Europa (Luxemburgo, Suiza...). No gusta a los mercaderes de armas o similares, que simpatizan más con Ciudadanos  o PP, al igual que ocurre en la vergonzante Europa. Y allí votan todos juntos, incluido en demasiadas ocasiones el PSOE  Junker fue el protector de alguno de esos paraísos y multinacionales durante años. Ahora dicen que se ha vuelto más demócrata, como los neoliberales Ciudadanos.


Las meteduras de pata: Pedro, Pablo y Mariano

La actitud burlona, pero tolerante, de Pedrito hacia Pablito cuando tras ser admitido por Felipe de Borbón a que intentara formar gobierno, se encontró con el “fregado” de Pablo y su ofrecimiento para formar un gobierno de coalición de izquierdas (de lo que dio cuenta al rey antes que a nadie y después a la prensa) y donde se ofrecía como futuro vicepresidente etc, etc. lo que colmó la paciencia de la derecha pesoera y dejó bizco al PP (y no solo a él). 

A partir de ese momento, pedro Sánchez presionado por los suyos excluyó a Podemos y se dio cuenta entonces de que !oh cielos! Ciudadanos no era en realidad la derecha marca blanca del PP. 

Esa actitud de Pablito, ingenua parecía sincera y, en cierto modo coherente, si se tiene en cuenta toda la verborrea anterior de Pedro con el cambio a la izquierda; coherente con la apuesta de Podemos con la proporcionalidad de puestos a repartir, según los votos, un argumento lógico pero expuesto en solitario, sin contar con nadie. Y lógica la propuesta del PP, ya que este grupo sacó más votos que el PSOE. Nunca apoyaría una coalición de éstos con Ciudadanos para que Pedro Sánchez fuera presidente. Al margen de que estén manchados por la corrupción y de su ausencia de responsabilidad política.

Si Pedro acusa a Mariano de la amnistía fiscal del ministro de Hacienda Montoro, que lavó una "pequeña" parte de las delincuencias de cuello blanco peperas, también éste podría acusar al PSOE de hacer "lo mismo" con la amnistía fiscal de Zapatero que amnistió, entre otros a Botín, además de corruptelas anteriores de los suyos. El PSOE debería demostrar valentía para ser creído. ¿Y qué decir sobre el impuesto al sol del corrupto y dimitido pepero ministro de industria?

Rasgarse las vestiduras

Ahora, distintos líderes y lideresas políticas de derecha, centro incluso izquierda se rasgan las vestiduras tras cuatro meses de las elecciones generales sin consensuar pactos para formar gobierno. Se lavan las manos y echan las culpas al supuesto adversario o posible aliado por tener que volver a las urnas. A quien más culpan, para variar, es a Podemos, incluso desde la izquierda. otros hablan de que si cuesta más de 150 millones de euros y por culpa de Podemos habrá que volver a votar, o que los líderes que no han podido sacar pactos adelante no deberían presentarse otra vez (voz oportunista). Algunos/as votantes de Podemos parece que prefieren no repetir ciertas coaliciones para que surjan otras nuevas que chocaron en otros momentos, con caducidades históricas no superadas.

Los Pesoeros acusan a Podemos y los Peperos a los Pesoeros. En fin. Los egos son lo peor de todo, pero pocos son los que rectifican. Además opinan por la gente que votó y que no entienden por qué no hay pacto, dicen que están (estamos) desesperados. Se equivocan, porque ya desde un principio, al margen de ilusiones vanas, la gente no es tan tonta como creen (excluyendo a cierta masa asimétrica, poco o mal informada, indiferente o amorfa, obediente o sumisa, crédula o incrédula que siempre ha existido) y quienes la dirigen por la senda apropiada (para ellos). Como cierta “intelectualidad” carcamal y mediocre perteneciente a la alta burguesía (o no) que se creen por encima del resto, así el machista Felix de Azúa, o las emisoras que inventan tramas oscuras de Podemos y que rechaza una y otra vez el Tribunal Supremo. Personas físicas o emisoras que se dedican al insulto político vulgar. Que se creen las mentiras sin comprobar si lo son. Manipulación de los listos, fanatismo de tontos, alegría de listillos.