graves casos de abusos en Camerún, la República del Congo y la República Centroafricana, perpetrados desde 1989 por guardaparques financiados y equipados por WWF y Wildlife Conservation Society (WCS)
El informe "Blood Carbon: how a carbon offset scheme makes millions from Indigenous land in Northern Kenya", analiza el proyecto Northern Kenya Grassland Carbon Project, gestionado por Northern Rangelands Trust (NRT) en tierras habitadas por más de 100.000 indígenas de los pueblos samburu, borana y rendille.
El proyecto se basa en el desmantelamiento de los sistemas tradicionales de pastoreo de los pueblos indígenas y su sustitución por un sistema de control centralizado más parecido a la ganadería comercial. Esto podría poner en peligro la seguridad alimentaria de la población local al impedir la práctica tradicional de la migración estacional durante las sequías. Los pastores de Kenia son nómadas. Ese proyecto hace que peligre su modo de vida, ya difícil de por si. NRT no ha informado, más bien confunde, para dividir a las comunidades sobre el proyecto, tampoco ha recibido consentimiento libre, previo e informado. No es nada nuevo
Se trata de indígenas pertenecientes a las tribus pigmeas Baka que habita las selvas lluviosas ecuatoriales, en la región sudoriental de Camerún, zona aledaña a la República del Congo, República Centroafricana y Gabón: "Nos persiguen, nos sueltan a los perros, nos disparan", contó una de las víctimas a la ONG SURVIVAL tras denunciar que cuando la empresa los encontró, "quemaron nuestros campos y aldeas". Primero roban sus tierras o las entregan al mejor postor, y ante el intento de lograr sobrevivir en su entorno, su único medio, los gorilas, tanto de los gobiernos comprados como de quienes los compran, atacan a los más pobres del mundo; son detenidos, apalizados, expulsados... De qué sirve entonces que la ONU (una de cal otra de arena) denuncie la situación, si todo queda en palabras y folios.
El banquero Benjamin de Rothschild es (o era) presidente del grupo Edmond de Rothschild y arrendatario de dos áreas protegidas de Camerún, tierras ancestrales indígenas. Zonas donde se organizan safaris y "caza de trofeos" para turistas ricos (55.000 dólares pieza) por la hazaña de rodear entre varios "valientes mercenarios" bien armados y sin escrúpulos a un solo animal, en este caso elefante.
Por otra parte, guardias forestales y policías, además de perseguir y matar animales salvajes, incluyendo especies protegidas, persiguen, expulsan, golpean y amenazan a indígenas pigmeos. Soldados, policías y guardias forestales armados vigilan la zona.
El expolio de tierras a indígenas y campesinos es una constante desde hace décadas, tanto en América central y sur como en África o en Asia. Las grandes empresas multinacionales occidentales, también orientales, con la connivencia de gobiernos corruptos campan a sus anchas, dejando atrás cientos de miles de vidas y modos de vida que nunca contemplan. Los derechos otorgados por la ONU, ONGS ... poco les importan, Tampoco que nuestro planeta esté enfermo por su codicia e imposición de una forma de vida. Abusos contra los derechos humanos en la Cuenca del Congo por guardas de parques financiados por el Fondo Mundial para la Naturaleza WWF y otras organizaciones. Será verdad que actualmente se protege más a elefantes y otras especies silvestres como afirma la Interpol.