Dinastias y tradición en China. Discriminación por sexos y etnias



Breve introducción 

En China y distintos países asiáticos (por ejemplo India), ha sido tradicional la preferencia histórica por el varón en relación a la mujer. Son diversos los motivos que han generado esta discriminación desde tiempos muy antiguos, al igual que en tantas áreas geográficas del Planeta, (supervivencia, distribución de tareas, clanes, guerras, poder, culturas, religión, supersticiones o prejuicios). 

El poder y la autoridad del varón ha sido en China, salvo excepciones indeterminadas, como en otros lugares, un desencadenante de distintas prácticas y costumbres abominables que derivaron en modos tribales y sociales aceptados, de grado o por fuerza, sobre todo en entornos rurales de gran pobreza que afectaron a la supervivencia de cientos de miles de niñas (por infanticidio, abandono, falta de cuidados o la venta), también el aborto, forzado o no.

La preferencia por el varón durante siglos tiene raíces religiosas, culturales y sociales en China. Los hijos debían permanecer junto a sus progenitores por piedad filial, única garantía de ser atendidos en la vejez y la enfermedad. 

Las hijas, por contra, eran obligadas al casarse a abandonar a su familia de origen excluyéndolas de cualquier obligación, por razón de acuerdos entre familias y ciertas reglas de residencia postmarital, pasando a vivir, servir y formar parte de la familia del marido. La ausencia de medidas sanitarias en épocas pasadas y posteriores, sobre todo en zonas campesinas alejadas, delegaba la atención de la población anciana en los varones, un cometido relacionado a su vez con elementos religiosos derivados del animismo, creencias y prácticas tradicionales como el culto a los ancestros, espíritus o demonios, junto aspectos sociológicos del entorno.


La influencia del poder-fuerza y autoridad política y económica del varón se institucionaliza y expande en una inmensa China (muchos siglos antes de estar unificada), y es origen de costumbres que derivan en leyes en sucesivas dinastías, interconectadas con escuelas y maestros, sabios y filósofos que requiere la clase dirigente. Un ejemplo es la filosofía de Confucio (S. V a.C) basada en una autoridad cuasi religiosa, aceptación y seguimiento de ciertos roles de conducta que deben conducir a la armonía y que reformularán "maestros" posteriores.


En el siglo XIX-XX el confucionismo se "renueva" o ensalza con Lin Yutan. En tiempos de Confucio, la mujer carece del derecho de propiedad de sus propios hijos y de sí misma, estaba obligada solo hacia sus suegros y su descendencia era propiedad del marido. El estatus de una mujer ascendía al casarse con un varón mejor situado, aún con otra/as esposas o concubinas, solo si daba a luz a un varón.


La política del hijo único. Ley de 1979 

En el origen de la Ley, que entra en vigor en 1979 en la mayor parte de la población china, existen factores "racionales" y medidas radicales e imposiciones sociales que discriminan a las niñas y que justificó el gobierno post Mao de Deng Xiaoping (por el aumento de población incentivado por las políticas igualitarias del Partido Comunista chino a partir de 1949)

La colectivización obligatoria como la descolectivización posterior produjeron caos y desconcierto tras el gobierno maoista, perjudicando sobre todo a las zonas rurales, ya de por sí muy pobres, lo que se tradujo en la reducción de beneficios sociales para el campesinado (en vivienda, educación...) Desapareció la seguridad económica vinculada al empleo y las ayudas del gobierno para mitigar los costes de crianza de los hijos (guarderías, escuelas y comedores populares...), influyendo también en las zonas urbanas. Las consecuencias de esta ley en las tres últimas décadas fue cambiando las actitudes de los padres en relación a sus hijos e hijas (en el campo como en la ciudad) y de los jóvenes en relación a su futuro. 


El gobierno de Deng Xiaoping, tildado de derechista, liberalizó la economía a gran escala y la explotación de los recursos, al tiempo que activaba la influencia social del varón. El desequilibrio entre sexos reactivó prácticas antiguas indignas que se creían erradicadas durante el periodo maoista, como el secuestro y la venta y de mujeres jóvenes para ser casadas en aldeas distintas a las de su nacimiento, la trata para la prostitución o el robo de niños varones (valorados más en el "mercado" chino) para ser vendidos o adoptados. 

El matrimonio se publicita desde el poder como signo de estatus social, sobre todo en zonas rurales, y el acceso al matrimonio por los varones se va transformando al ser las mujeres muy escasas. Los solteros aumentan de modo alarmante entre los campesinos con bajo nivel económico o educativo, en menor escala en las ciudades, lo que ha derivado en actos de violencia machista y aumentado la delincuencia, los secuestros y la venta.


El sacrificio de las niñas 

Con la implementación en China de la política del hijo único en 1979 han surgido desequilibrios muy fuertes en la tasa por sexos. La restricción de las familias a tener un solo hijo condujo a que éstas idearan fórmulas para seleccionar su sexo. Las niñas volvieron a ser víctimas de infanticidio, abandono, venta y rechazo. 

Las familias campesinas más pobres se esforzaron por cuidar y alimentar sobre todo a los niños varones durante sus primeros años de vida, lo que explica el alto porcentaje de mortalidad de niñas entre 1 y 4 años tras la puesta en marcha de éstas políticas. 

 Durante la década de los 80 se incorporaron medios médicos y tecnológicos a este fin, facilitando el conocimiento del sexo del feto antes del parto; las más extendidas han sido las máquinas de ultrasonido, instaladas en hospitales públicos y privados y la amniocentesis y el chorionic villus samplingn o CVS, un diagnóstico prenatal realizado antes que la amniocentesis para identificar problemas genéticos en el feto. 


El aborto se legalizó y practicó sin problemas avalado desde las instituciones, pero con una intencionalidad discriminatoria inaceptable que ahora intenta frenar el gobierno actual con distintas medidas de protección hacia las niñas. 

 Los abortos selectivos de fetos femeninos han producido desequilibrios demográficos a gran escala. En 1982 la diferencia por sexos era de 107,2 varones por 100 mujeres, superando la media internacional; en 1989 de 111,3 varones por 100 mujeres; en el año 2000 116,9 varones por 100 mujeres. En zonas de población Han campesina y en el este del país es donde se concentran mas desequilibrios, con valores de más de 150 varones nacidos por 100 mujeres en una década.

La población china y la diversidad étnica 

China es el país más poblado del Planeta, sobrepasa los 1300 millones de habitantes en un extenso y diseminado territorio de alrededor de 600 mil km cuadrados, 2 tercios son montañas y espacios inhóspitos para el desarrollo por la escasez de tierra cultivable. La distribución de su población es irregular en distintas regiones, la mayor densidad se encuentra en el litoral oriental, centro y provincia de Sichuan y municipios de Chongqing, mientras las regiones fronterizas continentales son escasas en habitantes. 

Más del 91% de la población es de la nacionalidad mayoritaria (Han) de lengua y cultura chinas, el resto son las nacionalidades y regiones autónomas minoritarias. Tras la instauración de la República China en 1912 se produjeron choques violentos y revueltas durante años protagonizadas por grupos políticos opuestos, el Partido Nacionalista y el ejército, también durante la Larga Marcha (año 1934/35), antes de llegar el perseguido PCCh al poder. 


Los dirigentes políticos se interesaron por los pueblos distintos a los Han que habitaban regiones fronterizas, por lo que la cuestión de la diversidad étnica fue un elemento crucial, una vez el Partido Comunista en el poder, para sostener el control del estado a partir de 1949. A comienzos de los 50 del pasado siglo se inició la catalogación de las nacionalidades minoritarias con equipos de trabajo multidisciplinar (sociólogos, antropólogos, lingüistas, historiadores y funcionarios.). 

El PCCh imitó, al comienzo de su andadura, las políticas soviéticas elaboradas por Stalin en la URSS (los 4 comunes) que define a una nacionalidad minoritaria por compartir una lengua, un territorio común, una organización económica común y un acervo psicológico. Más de 400 grupos presentaron sus solicitudes, pero las investigaciones sociales concluyeron que muchos de esos pueblos no eran de por si nacionalidades si no partes de colectivos humanos pertenecientes a otras o integrados en distintas provincias chinas, impulsando políticas orientadas a la integración étnica.

La complicada gestión y censo de nacionalidades minoritarias

El primer censo de 1953 reconoció a 41 nacionalidades minoritarias incluida la mayoritaria Han, 53 en el censo de 1965 y 56 en 1990. Partes de población de una misma nacionalidad fueron recolocados en categorías distintas, mientras alguna otra fue reconocida como nacionalidad sin cumplir las condiciones de la tesis stalinista (por razones estratégicas o de recursos). 

De las actuales 5 regiones autonómas, Mongolia Interior fue la primera en ser rconocida en 1947, la región autónoma uigur de Xinjiang en 1955, tras años de negociaciones entre el gobierno chino y los líderes del turkestan oriental. Otras regiones autónomas como Zhuang de Guangxi y Hui de Ningxia se fundaron en 1958, y más tarde la región autónoma de Tíbet en 1965, tras años de represión y resistencia del gobierno  feudal tibetano.  Otras explicaciones e interpretaciones que distan de las cuasi unilaterales de Occidente son posibles, pero no justifican la prisión o muerte de inocentes. La Historia.


La unidad, por grado o por fuerza, fue siempre la directriz seguida por el Estado central en nacionalidades mayoritarias como en minoritarias. Se reconocieron los territorios de distintas regiones autónomas y nacionalidades minoritarias de manera progresiva para su propia administración y derechos constitucionales (acceso a la educación, promoción cultural e incentivos económicos, respeto a sus costumbres: lengua, religión etc.), al tiempo que se oponían a la división territorial o separación del Estado y al derecho de autodeterminación "contemplado", lo que ha sido percibido por algunos de esos pueblos como colonialismo interno. 


En nacionalidades minoritarias uigures, mongoles o tibetanos) se delineó un proceso de asimilación cultural que ha marginado, en parte, su historia fundacional y memoria colectiva, con la llegada de población de etnia mayoritaria Han auspiciada por el gobierno en esos territorios.


La brecha entre los Han y las otras etnias restantes es grande, como la discriminación social en cargos públicos y áreas de poder que lideran los Han. A partir de la década de los 80 se ampliaron las ayudas a la economía y de representación política autónoma en esas regiones para proporcionar cierta modernización y acercar su nivel de vida a la de los Han. Las regiones autónomas tienen poder de decisión y administración, aunque son fiscalizadas por el gobierno. 

Los cargos políticos que ocupan personas de etnias minorítarias son leales a los mandatos del gobierno central, lo que limita su autonomía en decisiones importantes que les afectan si colisionan con intereses estatales. Algunas autonomías abastecen de recursos naturales a la industria china del Este, pero se sienten marginadas. Se les ha discriminado en trabajos o impedido el acceso a otros, haciéndoles sentir no aptos en habilidades o conocimientos para poder explotar y beneficiarse de sus propios recursos, lo que deviene en menor desarrollo y poder de decisión en su propia tierra.

Distribución de la población y flexibilidad en las políticas del hijo único

Durante la década de los 80 del siglo XX, distintas nacionalidades no Hang y regiones autónomas establecieron regulaciones propias para el control demográfico, también en provincias chinas que contaban con población minoritaria inmigrante. Entre los zhuang de Guangxi se permitía solo un hijo por pareja, equiparando la norma a la de los Hang; las minorías de Xinjiang a principios de los 90 podían tener hasta tres hijos los que vivían en el campo, y dos quienes vivían en la ciudad. 

En las regiones rurales de Tibet no se impusieron restricciones, ello se justifica por la poca densidad de población de sus territorios. Un 35% del total de población china, residente en Sichuan, Jiangsu y los municipios de Beijing, Shanghái, Tianjin y Chongqing, estaban bajo la política de un solo hijo. Un 54% en 1,5 hijos. A familias que tenían una hija se les permitía buscar un segundo hijo. Un 11% comprendía a otras minorías, a las que se permitía tener un segundo o tercer hijo.


Estrategias para burlar la ley y represión oficial

Durante los primeros 5 años de vigencia de la ley, muchas parejas idearon distintas estrategias para no someterse al plan; se retiraban medios anticonceptivos como el Diu; ocultaban el embarazo hasta los últimos meses; parían lejos de sus aldeas o daban las niñas recién nacidas en adopción para que no fueran inscritas en el registro local y salvarse de las inspecciones de los funcionarios o falsificaban datos de nacimiento. 

Al aumentar los nacimientos (no previstos`por el gobierno), su respuesta fue utilizar la fuerza para hacer cumplir la política natalista mediante campañas de esterilización masiva que afectaron a cientos de miles de personas.


Las esterilizaciones y abortos forzados generaron protestas y enfrentamientos entre capas distintas de población (incluida Han) policía y autoridades, sobre todo en entornos rurales; choques violentos entre funcionarios que fiscalizaban la política natalista y campesinos, que se saldaron con represión y destrucción de propiedades. 

 En los 90 el PCCh flexibilizó algo estas políticas en casi todas las provincias chinas, permitiendo tener dos hijos a cónyuges que fueran ambos hijos únicos; en algunas provincias se permitía solo si la madre era hija única, también a parejas cuyo único hijo fuera discapacitado. En entornos rurales se daba otra oportunidad a personas cuyo primer hijo fuera niña.

Medidas más justas que llegan tarde

El Estado ha elaborado medidas para intentar frenar la tendencia demográfica que antes propició, mediante campañas mediaticas y de sensibilización para reforzar el valor de las niñas, como el control y registro en los hospitales de embarazadas, que eviten abortos sin razones médicas no justificadas. Un programa nacional concede beneficios médicos, educativos y laborales a familias que no tengan hijos varones. 

Y es que la falta de mujeres jóvenes podría dejar a millones de hombres sin pareja para casarse, dificultar la reproducción social y trastocar el orden, que vincula la soltería entre los jóvenes a tasas de violencia machista en potencia peligrosas, o la discriminación tan antigua y prejuiciosa de las solteras en China. El envejecimiento de la población En la actualidad, la población anciana se está incrementando. 

En el censo de 1990 los mayores de 65 años representaban el 5.57% de la población total china. Casi dos décadas después, en 2008, los mayores de 60 años eran cerca del 14%. Al comparar este dato con algunos países con alto nivel de población mayor como Japón (36%) o Italia (33,9%) los datos son todavía bajos, pero se calcula que para el año 2025 China se podría acercar a la media de otros países occidentales, más en las ciudades. 


El envejecimiento progresivo de la población es un problema de futuro para China, sobre todo en entornos rurales muy pobres, donde apenas poseen infraestructuras sanitarias apropiadas o insuficientes para garantizar el cuidado de las personas mayores, que como en el pasado pero en contextos sociales distintos, solo podrían contar con sus escasas líneas descendientes y familiares, consecuencia de las políticas del hijo único. 

Sin hijos, pocos o ninguno/a que pueden responsabilizarse de sus mayores, su supervivencia está en riesgo. Debido a los cambios sociales y la modernización económica, sobre todo en las ciudades, se ha fomentado en los padres más interés y esfuerzo por la educación de hijos/hijas, y en los jóvenes el esfuerzo por la búsqueda de oportunidades profesionales y personales, proyectos que no son solo formar una familia. El retraso de la maternidad en China es o será una consecuencia demográfica que la acerca a Occidente.