¿Seguro?
¿Españas diversas en el mismo saco?
Las frases: lo mejor para España en "abstracto", garantía de estabilidad, o yo o el caos, entre otras, son tópicos y típicos lemas frecuentes en pre campañas electorales y momentos de graves tensiones políticas. Frases que explican poco y no resuelven nada, frases con gancho que llenan la boca de los máximos actores políticos de las derechas, que se atribuyen para sí la co-propiedad del patrimonio bandera-España. Frases utilizadas también por las primeras espadas de otros partidos, de centro e izquierda, con posibilidades de "gobernar" en este país cuando intentan explicar los por qués, más allá de los símbolos y la parafernalia inmovilista de los padres de Alianza Popular (heredera ideológica del franquismo), y de sus hijos y nietos actuales: el Partido Popular.
Las bases de las estructuras de poder que todavía conservan (en la jerarquía judicial, el ejército o la Iglesia) modernizadas, ya que estamos en Europa, son leves capas de pintura democrática cada vez más desgastada. Sepulcros blanqueados, señalaría su olvidado y manipulado Jesús. Y es que todo lo blanquean: corrupción, dinero negro, fortunas fraudulentas de tantos altos cargos amigos en paraísos fiscales... Y los poderes amigos los absuelven, salvo excepciones imposibles ya de tapar; sus abducidos votantes los perdonan y la jerarquía eclesiástica les da su bendición. Esta es su España. Pero este país es mucho más que eso.
La iniciativa de Sánchez ¿Algo más que palabras?.
La iniciativa de Sánchez para lanzar su moción de censura la basa en la inmoralidad del PP actual y su gobierno, tras ocultar durante décadas las corruptelas y enriquecimientos ilícitos de cientos de personas afines a su partido en todos los ámbitos de su administración: central, autonómica y local (por todos/as conocida y por tantos/as ignorada), verificada ahora con pruebas irrefutables por los tribunales (incluidos ex presidentes autonómicos del PP y altos cargos políticos de la era Aznar). Eso es para Sánchez lo que importa. Y se pregunta ¿Si todos sabemos de qué va la cosa y de que no va a cambiar, que jamás asumirán responsabilidades los de arriba ni dimitirán de sus cargos, es el momento de echarlos de las manchadas instituciones.
Sin embargo, cuando pudieron de verdad echar al PP no lo hicieron. La abstención casi en masa del PSOE (excepto 15) y el apoyo incondicional de Ciudadanos (pese a lo dicho tantas veces: que nunca votarían a Rajoy) le permitió ser presidente en las últimas y frangosas elecciones. Sánchez se fue por su No es No, criticado por Ciudadanos y expulsado de mala manera por los barones de la derecha de su partido, animados por Susana, Gozález y Guerra entre otros. Después, oh sorpresa, les ganó limpiamente y sorteó sus trampas: viró un poquito a la izquierda, habló con los apestados nacionalistas, seudo marxistas y otras gentes de mal vivir, y dijo aquello de la plurinacionalidad del estado español con un vocabulario confuso.
Psicoanálisis políticos de estar por casa
Tras la tormenta pesoera sufrida, Sánchez volvió al redil poco a poco, a centrarse, a ser tolerante con sus intolerantes "camaradas" en aras a la unidad. Pero pocos meses después, oh ¿sorpresa?, se unió a Rajoy más que nunca y al estado de derechas para apoyar el 155 y defender a la abstracta España y su única bandera de los "apestados" anteriores con quienes se había atrevido a dialogar, provocando los celos de Ciudadanos. Ahora alude a todos ellos/as para sacar adelante su moción de censura y de paso formar un gobierno monocolor con el de presidente ¿Mucho pedir y poco dar?. Quizá es lo único que se puede plantear; intentar sanear las manchadas instituciones para que las derechas dejen de bloquear proyectos de ley de justicia básica para tantos colectivos.
Depende de las interpretaciones (interesadas de Ciudadanos o amenazantes del PP). Ciudadanos quiere elecciones ya, ahora que las encuestas les son favorables, por ello arrecian sus ataques como en otras ocasiones contra el PP, palabras que se lleva el viento puesto que son ellos quienes los sostienen en el poder.
Es Rajoy quien debe dimitir, admiten, o convocar elecciones, cosa que saben no hará. Además, son compañeros de fatigas en apoyar recortes y privacidades varias y obstaculizar propuestas parlamentarias, despreciar las manifestaciones de feministas, trabajadores sanitarios, educación o pensionistas etc. contra los recortes y la reivindicación de salarios dignos. Aunque, camaleónicos como son, tras ver las calles tomadas por tantos/as dicen con la boca pequeña que tienen razón en algunas cosas.
Ciudadanos. Posmodernidad derechista
Ciudadanos, es ese partido que se pone medallas por todo lo que dice haber conseguido o poder conseguir, como la anulación del impuesto al sol, que siguen cobrándonos en el recibo de la luz las eléctricas. Un partido neoliberal defensor de las plutocracias más rancias y de pico fácil, que vota con la extrema derecha en Europa y después acusa de supremacista al actual president de la Generalitat de Catalunya (que a mi tampoco me gusta). De eso a afirmar que en Catalunya hubo un golpe de estado hay un mundo; un golpe que no ven en Europa por ninguna parte ni tampoco en Catalunya, aunque si se vieron unos cuantos golpes el uno de octubre.
Y qué me dicen de quienes animan a los militares en sus programas radiofónicos u otros medios a tomar Catalunya por la fuerza, tal y como hicieron las tropas franquistas en la guerra civil. Pero eso no es apología del terrorismo para los jueces; lo del cantante rapero subversivo que le cayeron tres años y medio de cárcel y se largó de España sí, o lo de los payasos izquierdistas, o el del cuadro, o los dibujos del Jueves, o la Ley mordaza que tanto daño está haciendo.
Asignaturas pendientes y lavado de manos
Sobre la plurinacionalidad del estado español al que aludió Sánchez, principalmente en relación a Catalunya, pero también a Euskadi y a otras autonomías protestonas mejor no tocarlo ahora, debido a las diferencias significativas entre partidos. Ciudadanos solo ve españoles en España, difuminados de una luz especial roja y gualda. Lo demás es un espejismo, no existe.
Y ante todos, un Partido Popular, monárquico y católico (respetable, como otras opciones) e hijo predilecto del estado de derechas. Heredero de las verdades absolutas como de las mentiras. No importan las pruebas vergonzantes, imposibles de ocultar ya por tribunales y juristas afines, tan dados a perdonar a políticos, poderosos y "nobles". Mentiras durante décadas por todos/as sabidas y por tantos/as consentidas; es por lo que Sánchez se lanza al ruedo.
Ahora los “socialistas” aplauden a su pupilo; un PSOE que tampoco se libró de la corrupción cuando gobernó, que accedió a las puertas giratorias (como el PP), que se justificó y escondió y del que aun quedan migajas sueltas por discernir. Al igual que sucede con las corruptelas de la antigua Convergencia i Unió. Pero el PP gana a todos por goleada.
Y "los otros" malditos del poder
Lo mejor para España, o para tu pueblo, o para el mío, o para el mundo, más allá de mi obligo y del tuyo. O para el medio ambiente !Que se prohiba el glisofato! por ejemplo, se atreven a expresar otros/as soñadores. Iizquierdosos, ecologistas y descreídos, independentistas o chusma hippie que pide la legalización de la marihuana, drogadictos y anti sistemas, anarcos, punkies y pasotas pacifistas que incluso pasan de votar y el facherío califica hasta de terroristas. Insultos, que no argumentos; cualquier cosa que pueda servir para humillar o difamar vale. Acusaciones e inventos sacados de contexto, avalados por medios amigos que lanzan sus altavoces de poder visual o escrito para sembrar dudas.
La "generosidad" política debería valorarse en su justa medida, ampliar perspectivas sin rasgarse las vestiduras cuando se trata de ver más allá de las palabras; cuestionar estructuras jerárquicas jurídicas e institucionales provenientes de privilegios antiguos, nada que ver con la democracia real.