Macrogranjas y maltrato animal: Biotecnología impuesta


Del libro de Philip Lymbery)

Alrededor de 70 mil millones de animales de granja se crían anualmente en el mundo. 2/3 de los cuales en granjas industriales. Viven encerrados sin apenas espacio entre uno y otro, casi rozándose, son tratados como maquinas de producción, sin acceso a pastos o forraje en espacios reducidos. Consumen una tercera parte de los cereales producidos en el mundo; el 90% de la harina de soja y el 30% de las capturas totales de pescado. Consumen la mitad de los antibióticos que se utilizan en el mundo, un caldo de cultivo para la aparición de nuevos "supermicrobios" resistentes a muchos antibióticos. Consumen enormes recursos naturales, como agua, tierra y petroleo. Y producen, sobre todo, millonarios beneficios y  destrucción medioambiental. La biotecnología es su aliada.



La génesis de estas granjas industriales se descubrió durante la segunda guerra mundial. Los científicos del Reich estudiaban el desarrollo de armas químicas e idearon como producir en masa agentes nerviosos organofosforados para poder usarse como pesticidas. Nuevas leyes fomentaron estas prácticas agropecuarias intensivas, en un principio para combatir la escasez de alimentos durante la guerra, al tiempo que se extendia la producción de maíz como una fuente barata de alimento para los animales. El lugar de las granjas mixtas anteriores o al aire libre lo ocuparon granjas especializadas en un único tipo de cultivo o animal, al margen de la relación o sintonía con la naturaleza. Pesticidas y fertilizantes fueron un remedio fácil para dominar suelos poco productivos. 

El libro de Philip Lymbery trata de las consecuencias nefastas de anteponer los beneficios económicos a la salud de las personas, la muerte de nuestros campos, nuevas enfermedades, y miles de millones de personas hambrientas en el mundo. La biotecnología ha agravado un problema ya existente que se había vanagloriado de corregir


Los pesticidas y los cultivos modificados genéticamente (MG) son utilizados masivamente en la agricultira industrial. Los pastos verdes y toda naturaleza a su alrededor se ara, se elimina y sustituye por campos de cultivo sólo para animales de granja, cercados en extensas granjas industriales. Los cultivos naturales se modifican genéticamente para ser resistentes a los pesticidas, matando al resto de plantas u otros cultivos cercanos. La pérdida de esas plantas hace que hace que pájaros, abejas y mariposas desaparezcan de los campos. Otro gran problema es el estiercol, que antes servía de abono allí donde caía. Actualmente, con los animales encerrados se amontona entre ellos o esparce, contaminando lagos ríos y mares, perjudicando la salud de las personas que habitan cerca de ellos y de los animales.


Prepotencia de la biotecnología y medias verdades 

La biotecnología es un multimillonario negocio al servicio de trasnacionales y empresas, algunas constituidas por sociedades anónimas. A través de la venta, fusión o absorción con otras pueden desaparecer o aparecer como nuevas, huyendo así de los daños que causan a medio o largo plazo para el ambiente y la salud (de humanos y animales), Su objetivo, afirman, es hacer una producción más resistentes y prolongada, mejorar la productividad y hacerla rentable . Y otras. cosas.

En Suiza

Sus esfuerzos científicos (explican con terminología científica y práctica ortodoxa) se ha concentrado en acentuar determinadas características hereditarias de las especies, útiles para el productor: resistencia a heladas, tolerancia a los herbicidas y plaguicidas, resistencia a la sequía, a soportar mayor tiempo de almacenamiento y crear cortezas gruesas para facilitar su transporte. Afirman, cínicamente, que su objetivo es erradicar el hambre del planeta


La investigación biotecnológica elitista más reciente se orienta al desarrollo de mejoras cualitativas (menos calorías, menos colesterol...) para una minoría de población mundial con alto poder adquisitivo, cuyos excesos causan problemas (discriminación) y de salud. Actualmente, la superficie sembrada con transgénicos en el mundo está ocupada, entre otros, por cuatro cultivos destinados a la producción de piensos compuestos para la ganadería intensiva y distintos usos industriales: soja (60% del total de cultivos MG), maíz (23%) algodón (11%) y colza (6%) [2].

Trasnacionales: Destrucción del planeta y biotecnología

Las empresas que desarrollan semillas y plantas transgénicas mediante la biotecnología son grandes transnacionales. A la cabeza en el mundo: Monsanto, Aventis (AgrEvo y Rhône Poulnec), Novartis, DuPont, Bayer, Hi-Breed, Pioneer y Astra-Zeneca. Estas empresas dedicadas a la biotecnología están en constante transformación y fusión con otras. Por ejemplo, CALGENE (que creó la soya transgénica) y fue absorbida por MONSANTO que, por su parte, se fusionó con Fharmacia Upjohn.

Los cultivos estrella tienen incorporada la resistencia a un herbicida, que ocupan el 73% de una superficie cultivada, seguidos de las variedades insecticidas Bt (18%) y variedades con ambas características (8%).



Tras meses de negociaciones entre Bayer y Monsanto, la multinacional alemana se quedó con el gigante de las semillas, por un monto de 66 mil millones de dólares. ¿Cómo queda el mercado mundial de semillas y agroquímicos ? 
Monopolios Vergonzosos de Occidente

Las leyes sobre semillas siguen amenazando la seguridad alimentaria y la diversidad genética, criminalizando la gestión tradicional de la tierra. ¿Pueden los activistas de la soberanía de semillas, los campesinos, los indígenas del sur o del norte reclamar su derecho a plantar? ¿Se impone una agricultura neocolonial, de facto, para muchos  países por los intereses monopolistas de Occidente?

En la década de 1990 se introdujeron leyes para para proteger los nuevos cultivos modificados genéticamente. En la actualidad, cuatro empresas (Bayer, Corteva, ChemChina y Limagrain) controlan más del 50 por ciento de las semillas del mundo. Gigantescos monopolios que dominan el suministro

 mundial de alimentos. Estados Unidos, Canadá, Suiza y Japón y los Estados miembro de la Unión Europea, se encuentran entre las naciones que utilizan los acuerdos comerciales bilaterales y regionales para presionar a países del Sur Global, como Zimbabue e India, para que se adhieran.  Limitan el uso que los agricultores compradores de semillas pudieran hacer de las variedades que venden, a los compradores se les obliga a firmar acuerdos y les prohíben guardar semillas de sus cosechas para intercambiarlas o resembrarlas al año siguiente. 


Mientras que las maquinarias de alta tecnología, como los drones, los tractores sin conductor o los robots, pueden ayudar a las grandes empresas a aumentar su producción y ampliar su tamaño, son demasiado caras para quienes producen en pequeño y tampoco están diseñadas para ellas. Debido a que su intención es sustituir una parte importante de la mano de obra agrícola, estas nuevas tecnologías suponen una amenaza para el empleo rural. "La agricultura 4.0" funciona además a partir de una infraestructura digital, la que junto con su cadena de suministro, es responsable de una huella ecológica muy dañina, especialmente en el Sur Global.


La Europa devoradora

Los exportadores de cacao: debían cumplir con las nuevas regulaciones europeas o quedarían excluidos de las cadenas de suministro. En noviembre de 2021, la Comisión de la UE 
presentó una propuestaEnlace externo para un nuevo reglamento en favor de cadenas de suministro libres de deforestación. Tan solo el cacao es responsable del 7,5% de la deforestación provocada por la UE en el mundo.


las plataformas digitales del agronegocio y de las grandes empresas tecnológicas, como Microsoft, ofrecen pocos beneficios a quienes producen en pequeña escala. Campesinas y campesinos suelen vivir en zonas donde no existe internet y no pueden costearse las tecnologías básicas. Los programas están  diseñados para monocultivos a gran escala y plantaciones industriales. Las plataformas digitales trabajan a seguro, no son ONG claro, son ¿incapaces? de asesorar al campesinado que produce en pequeño, a la agroecología, tampoco ni a quienes cultivan diversas especies o quienes trabajan con ganado nativo y plantan semillas locales. 


Las plataformas digitales, cuando se combinan con los sistemas de monedas digitales (a través de los teléfonos móviles) son una oportunidad para los buitres de incorporar a millones de agricultores y agricultoras a (sus) redes digitales controladas de forma centralizada; más tarde les animan (u obligan) a comprar algún tipo de producto corporativo (semillas transgénicas, pesticidas, herbicidas, maquinaria).